El domingo 22 de abril podría pasar como el momento de quiebre en la elección presidencial 2018. Aquella noche se reveló el destino y dirección de las campañas y, probablemente, hasta el resultado del 1 de julio.
Aquella noche, Ricardo Anaya cuestionó las propuestas de Andrés Manuel López Obrador en seguridad y corrupción, principalmente, como dar amnistía a delincuentes y a personajes tan cuestionados como Elba Esther Gordillo, Carlos Salinas de Gortari y al propio Enrique Peña Nieto.
“Pueden consultar esta página de internet, ahí pueden ver los videos donde con toda claridad plantea la amnistía, está en el punto 10 de su plan de seguridad… perdonar a los criminales ¿sí o no? responde sin rodeos”, retó y no tuvo respuesta.
Recordó que, incluso, ya tiene entre sus filas a gente que anteriormente fue acusaba de corrupción, como a Alfonso Romo, ligado al rescate multimillonario de banqueros, el Fobaproa, así como a Manuel Bartlett, a quien responsabilizaba de la caída del sistema en el fraude electoral de 1988.
Subrayó que durante el gobierno de AMLO en la Ciudad de México, las inversiones cayeron 40%, el crecimiento económico fue la mitad de lo que fue a nivel nacional y, por supuesto, aumentó el desempleo por una razón: “porque espanta las inversiones y eso es un enemigo de la seguridad y de la paz en el país”.
18 días después de ese primer debate, el ganador que vieron politólogos, periodistas y la sociedad fue Ricardo Anaya, mientras que el gran perdedor fue López Obrador, quien incluso abandonó el salón de debates sin despedirse de sus contendientes.
Y al igual que ocurrió en 2006, cuando por soberbia decidió no acudir al primer debate, en esta ocasión también está perdiendo simpatías ciudadanas, credibilidad y capital político.
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Ayer, el Grupo de Economistas y Asociados e ISA Investigaciones Sociales Aplicadas (GEA-ISA) publicó su encuesta, la cual revela que después del debate AMLO tiene 29% de las preferencias electorales, Ricardo Anaya tiene 24% y José Antonio Meade 20%.
Margarita Zavala y Jaime Rodríguez están de adorno, pues tienen 4% 2%, respectivamente. Y un dato muy, muy importante: los indefinidos suman 21%.
Al detalle, la muestra revela datos interesantes: AMLO concentra las preferencias de los jóvenes y de aquellos votantes con menor poder adquisitivo, mientras que Anaya mantiene a los votantes con mayor nivel educativo, de aquellos que mejor están informados, que mejor analizan las propuestas de uno y de otro, de aquellos que votarán y decidirán el cambio de gobierno.
Un día antes de la publicación de esta encuesta, el miércoles, Ricardo Anaya insistió en el programa Tercer Grado de Televisa que esta elección presidencial ya sólo es de dos candidatos y que él es el único que puede vencer a Andrés Manuel López Obrador.
“Esta es una elección que responde a dos preguntas: continuidad o cambio… y qué tipo de cambio queremos. Al PRI ya no lo quieren, pero a AMLO tampoco”.
A cincuenta días de la elección y a 9 días del segundo debate, en Tijuana, Baja California, Ricardo Anaya y AMLO están virtualmente empatados en las preferencias ciudadanas.
Los saldos del primer debate y la encuesta de GEA-ISA confirman tres cosas: que hoy mismo persiste incertidumbre sobre el ganador, que la contienda aún no está definida y que esta elección está cerrada.