Paso 1. Vaya en sentido contrario
Piense de manera muy diferente, no sólo al sentido común, sino al buen gusto. Parece que cualquier tendencia, por absurda que sea, siempre que sea tendencia, será puntualmente abrazada.
Paso 2. Suponga que tiene control
Tenga control sobre el control de la TV, pero no sobre su percepción del mundo. Cuando logre ver que la emoción no es otra cosa que el pensamiento físico, corrija su postura y esté alerta: la mente rara vez no distorsiona.
Paso 3. Defienda lo indefendible
Uno de los premios más preciados y que menos se voltean a ver durante el estar con vida es no tener que convencer a nadie de nada. Pero sea para conmover o por no tener algo mejor que hacer, intente defender y promocionar su autoimagen. A costa de lo que sea. Todo el tiempo.
Paso 4. Aproveche el reflector
Sea útil y cree consecuencias, pero por encima de todo, por favor despreocúpese del acto esencial de pasar inadvertido.
Paso 5. Sólo en caso de emergencia
Si todo lo anterior le cuesta trabajo, tome a la realidad como una objetiva y con una sola lectura. La propia realidad se encargará del resto.