A una semana de los comicios del 1 de julio, la coalición Juntos Haremos Historia se apresta a ganar la Presidencia de la República, la jefatura capitalina de Gobierno, la mayoría en la Cámara de Senadores, en el Congreso de la Unión y la mayor parte de gubernaturas, entre muchos cargos más de representación popular.
La confianza descansa en datos duros. Por ejemplo, la encuestadora De las Heras-Demotecnia advierte, que Andrés Manuel López Obrador cuenta con el respaldo de por lo menos 26 millones 278 mil 375 ciudadanos, cifra equivalente a 50 por ciento del total de votantes.
Es decir, que por López Obrador sufragarían 13 millones 20 mil 243 personas más que por Anaya y 16 millones 334 mil 776 más que por Meade.
Y en las encuestas en la ciudad de México, Claudia Shienbaum lleva ventaja de 20 puntos sobre Alejandra Barrales y de 30 con Mikel Arriola.
De tal modo, con apenas cuatro años de haberse constituido en partido político, Morena, quien de la mano de la ciudadanía comanda Juntos Haremos Historia, está a punto de cristalizar la hazaña prometida por su dirigente Andrés Manuel López Obrador: desterrar la corrupción para establecer un gobierno democrático, justo, igualitario y soberano.
Innumerables han sido los obstáculos que debieron librarse, entre otros la interminable guerra sucia, para convencer a la gente de la necesidad de instaurar un cambio verdadero.
Entretanto, a punto de terminar las campañas, PRI, PAN y lo que resta del PRD continúan con la ofensiva de odio en agravio de los abanderados de Juntos Haremos Historia y de la transición pacífica a la democracia.
De manera importante, las calumnias tienen como destinatarios a López Obrador y Claudia Sheinbaum. Omito, por conocidos, los cuentos chinos y las injurias encaminados a desacreditar al primero. Aunque cabe destacar, sin embargo, el señalamiento hecho este 22 de junio por el matutino Reforma, el cual divulgó que “la Unidad Técnica de Fiscalización del INE indaga un pago de 58 millones de pesos del Comité de Morena en Tabasco por la impresión de 20 mil ejemplares de su periódico Regeneración”.
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Pero resulta, como desmintió el propio López Obrador, que la factura de Hacienda publicada por el diario capitalino es apócrifa, pues el pago aludido es de sólo 58 mil pesos. Ese mismo día también advirtió que se prepara un fraude electoral en Puebla y Veracruz.
En el caso de la Ciudad de México, no hay antecedentes de un proceso electoral tan desaseado como el actual. Grupos de maleantes pagados por el PRD agreden a candidatos y simpatizantes de Morena.
El desaseo es tan excesivo, que la administración capitalina desvió 3 mil millones de pesos para la compra del voto en favor de Alejandra Barrales. A cambio de la credencial de elector, las delegaciones en poder del PRD: Gustavo A. Madero, Coyoacán, Iztapalapa, Iztacalco regalan tinacos, despensas, tabletas, pantallas televisivas, juguetes, dinero en efectivo…
Desesperados ante la enorme ventaja de López Obrador y Sheinbaum, tanto Anaya como Barrales regalan al por mayor, al estilo priista de siempre, tarjetas sin dinero. Cobrables, según ellos, al final de las campañas. Regalan promesas de campaña.
Y continúa sin aclararse el destino de 7 mil millones de pesos para la reconstrucción de la ciudad.
La lista de anomalías es interminable. Por ejemplo, en la plataforma Juega Limpio establecida por Morena, en sólo tres semanas se registraron mil 171 denuncias ciudadanas por violaciones al proceso electoral en la República. Y 673 en la Ciudad de México, lo cual indica que las querellas de los capitalinos representan 57 por ciento del total de las que se asentaron en el resto de México.
En este circo de bajezas contra Morena destacan, por grotescas, las difamaciones por supuesta trata de personas hechas por Mikel Arriola en contra del diputado de Morena en la Asamblea Legislativa, José Alfonso Suárez del Real y Aguilera, un reconocido e incansable defensor de los derechos sexuales, de la igualdad de género y de los derechos humanos.
Hago un llamado a la ciudadanía para que nos ayuden a cuidar las casillas, vigilar el conteo de votos y, sobre todo, acudir libremente a las urnas.
Para que la gente vote con libertad. Sin presiones. Porque lo que está en juego es un mejor futuro para las próximas generaciones. Para los niños y jóvenes de hoy. Para quienes van a ingresar a la preparatoria, a la universidad. Para no heredarles un país de violencia y desigualdades.
Por eso, y porque el voto masivo emitido en plena libertad es el mejor antídoto para evitar las tentaciones de un fraude electoral, renovemos en las urnas el Acuerdo Político de Unidad por la Prosperidad del Pueblo y el Renacimiento de México promovido por López Obrador para establecer la cuarta gran transformación política del país.
Nos vemos en el cierre de campaña de López Obrador este miércoles 27 de junio, en el estadio Azteca.