Opinión

¿Soy auto- sustentable?

Nuestro columnista Helios Herrera explica los usos de este término en los últimos años

Sin lugar a dudas el término sustentabilidad es uno de los temas más sonados en la actualidad, se ha usado en los entornos económicos, ecológicos, sociales y culturales; llegando incluso a desgastar su debido uso.

Es por ello que quiero comenzar estas líneas explicando lo que el término sustentabilidad se refiere, o más bien, cómo lo comprendo.

Es el equilibrio que existe entre una especie para con los recursos del entorno al cual pertenece, en pocas palabras, es el ajuste perfecto que busca satisfacer las necesidades de cualquier especie que podamos identificar en este universo, sin alterar o sacrificar ni a las futuras generaciones ni a otras especies que los rodeen en tiempo y espacio.

Sería un tanto llano abordar este concepto desde todas las perspectivas que en la mayoría de las veces es explicado. Conocemos que una tala adecuada de algún bosque no es dañina y permite obtener madera para ser utilizada como materia prima para la creación de una infinidad de recursos más; y como esto, podemos describir muchos más ejemplos bajo esta visión, pero ¿qué ocurre cuando trasladamos la sustentabilidad al desarrollo de habilidades y competencias de los seres humanos?

Tratemos de reflexionar y poner sobre la mesa la pregunta anterior. Para empezar tenemos que dar (como se le da en otros aspectos) la importancia verdadera de esta intersección, entendiendo que ser sustentable también está, y ha estado, presente en nuestra evolución humana.

Si nuestros antepasados no hubieran utilizado sus recursos cognitivos para la supervivencia, y no hubieran aplicado “la sustentabilidad del desarrollo humano”; jamás hubiera existido una evolución. Lo que quiero expresar es que aquel ser humano que se cuestionó la forma de hacer fuego, una rueda, un cuchillo para cazar, etc.

Desarrolló habilidades (desde sus propios recursos cognitivos) que lo llevaron a resolver diversas situaciones, y a la par se vio obligado a nuevamente explorar en su interior y desarrollar más y nuevas habilidades para seguir en el camino; haciéndolo buscar ese equilibrio sustentable del desarrollo y convirtiéndolo en un ser autosustentable.

Otro aspecto que me gustaría resaltar es que nuestro entorno según tiempo y contexto, nos influye directamente en la formación de creencias y paradigmas que nos permiten o no, desarrollar dichas habilidades y competencias.

Tomando en cuenta que el ser humano es y será siempre un ser perfectible, es importante aprender a renovarse para satisfacer las necesidades actuales; ahora bien, si nos trasladamos al mundo laboral, identificamos que nuestros jóvenes para ser autosustentables (como lo fueron en su época nuestros ancestros según su contexto), necesitan desarrollar habilidades humanísticas que les permitan una correcta inserción laboral y desarrollo profesional.

Los conocimientos que se han aprendido en la vida escolar no bastan para desempeñar un papel tan importante, se requiere de una constante formación y “sustentabilidad del desarrollo” entendiéndola en este sentido como el deber de cada uno de leer, escuchar, aprender, capacitarse, rodearse de personas que compartan sueños e ideales, etc.

Para integrar todos estos recursos a favor del entorno en el que se desarrollan; colocándonos en una posición ventajosa contra la competencia.

A partir de esta reflexión y propuesta para el uso de este concepto, en resumen podemos decir que la idea es mantener a las personas en constante desarrollo, para que pulan las habilidades, talentos y competencias que les van a permitir tener mejores oportunidades en el medio laboral.

Para comenzar a ser autosustentable en este ámbito, recomiendo tomar en cuenta los siguientes puntos:

1. Si te encuentras estudiando los últimos semestres de la carrera, busca oportunidades laborales que te permitan compaginar tu vida escolar y laboral, no hay mejor estrategia para especializarte que aplicar y cotejar los conocimientos teóricos con la vida cotidiana.

2. Ten la capacidad de encontrar qué es lo que te gusta hacer y enfócate en hacerlo bien sin descuidar otros aspectos importantes en tu vida.

3. Desarrolla la capacidad de solucionar problemas, recuerda que a las personas no se les paga por lo que saben, sino por lo que hacen con lo que saben.

4. Desarrolla competencias sociales y humanísticas, no importa cuánto la tecnología avance, siempre seremos humanos con necesidades humanas y emocionales y éstas sólo podrán ser cubiertas con competencias sociales y humanísticas.

5. No dejes de prepárate, lee libros relacionados a tu profesión y de cualquier otro tema, estudia un posgrado, idioma o diplomado que te permita mejorar, mantente actualizado sobre lo nuevo que hay de tu carrera y de la vida cotidiana.

6. Busca la mejor manera de utilizar todos los recursos que te caracterizan a tu favor.

Y así entonces, ¿qué tan autosustentable eres? ¿Estás dispuesto a incluir este concepto a tu persona?

 

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