Opinión

Continúa la transición en la ciudad

Veintiún años después de la reforma política que permitió a los capitalinos ejercer el derecho de elegir a sus gobernantes locales, los habitantes de la Ciudad de México refrendaron su convicción democrática al decidir, por abrumadora mayoría, que Claudia Sheinbaum Pardo fuera la próxima titular del Ejecutivo local.

Para responder a las expectativas ciudadanas, Sheinbaum solicitó a la administración capitalina instaurar, de manera inmediata, el proceso de transición de poderes, petición que ha contado con la buena disposición del jefe de Gobierno, José Ramón Amieva, y de los integrantes de su gabinete.

En consecuencia, los integrantes de los equipos de transición de Amieva y de Sheinbaum instalamos este 10 de julio, en el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, la primera Mesa de Transición.

Y dos días después, la Mesa de Reconstrucción, a la cual le sucederán las relacionadas con administración y finanzas, gobierno y problemas hídricos.

Porque, precisamente, los problemas de la reconstrucción derivados del sismo de septiembre pasado, las graves carencias hídricas y la imprescindible necesidad de que la ciudad cuente con finanzas sanas sobresalen entre las prioridades del proyecto de gobierno de Sheinbaum.

Un proyecto que la hoy jefa de Gobierno electa había delineado, en términos generales, meses atrás, al cual le han sido incorporados, de manera gradual, los planteamientos de colectivos ciudadanos, de organizaciones sociales, de académicos, de damnificados del sismo…

En efecto, en el documento con el cual arrancó su campaña el 1 de abril: “Innovación y esperanza para la Ciudad de México”, advertía:

“Podemos revertir las condiciones de corrupción, inseguridad, desorden en el desarrollo urbano, insuficiencia de agua, deterioro de la movilidad, desigualdad, contaminación y carencia de espacios públicos, culturales y comunitarios de nuestra ciudad”.

De tal modo, con la finalidad de contar con una propuesta de gobierno que permita emprender el cumplimiento de tales compromisos desde el inicio de su mandato, es imprescindible llevar a buen término el proceso de transición.

Por eso, en la Mesa de Reconstrucción se enfatizó la conveniencia de que los equipos de transición del gobierno actual y del próximo diseñen, de manera conjunta, un programa de reconstrucción para ambas administraciones, a fin de que el cambio de poderes no interrumpa el proceso y que la ayuda a los afectados fluya de manera continua.

En ese tenor, el equipo de Sheinbaum pretende que el Fideicomiso Público para la Reconstrucción y Rehabilitación de Viviendas se apruebe en lo inmediato. Y que los 30 millones de pesos autorizados en el presupuesto 2018 para los gastos de la transición se destinen, también en forma expedita, al programa de restauración destinado a paliar las desgracias de las víctimas del movimiento telúrico.

El gobierno local nos ha proporcionado información sobre la situación que guarda la administración pública, la cual revisaremos en forma exhaustiva, con la intención de que al arribo de Sheinbaum al Antiguo Palacio del Ayuntamiento, ésta cuente con un panorama certero sobre los problemas que enfrenta la ciudad.

En las mesas de trabajo sobre la cuestión hídrica, gobierno y finanzas, que se efectuarán durante la semana en curso, esperamos se nos informe sobre las condiciones que enfrentan estas áreas de gobierno, pues, como antes señalé, su buena marcha es esencial para el bienestar de los capitalinos.

En tal sentido, conviene insistir en que Claudia Sheinbaum se ha pronunciado en contra de las tentativas de privatizar el agua, como ocurrió en 2017 en el Congreso Constituyente, intentona retrógrada que los diputados de Morena consiguieron hacer abortar.

Con esa predisposición política, en su programa “Innovación y esperanza”, Sheinbaum proponía:

“Cambiar, en la Ciudad de México, la inercia en la solución de problemas de inseguridad, movilidad, agua, espacios públicos, vivienda, salud, cultura, educación y exclusión social, a partir del vínculo entre las ciencias, la academia, la iniciativa privada, el gobierno y la ciudadanía en una perspectiva de innovación y sustentabilidad”.

Por eso, a partir de una perspectiva ciudadana, que contemple la visión de los combates librados por los capitalinos en busca de su bienestar. Y de las exitosas estrategias impuestas por los gobiernos de izquierda de 1997 a 2012, la próxima jefa de Gobierno determinó que la austeridad y el combate a la corrupción fueran el pivote para lograr el equilibrio de las finanzas y así contar con fondos para impulsar la educación, la salud y atender a la población marginada.

Gracias a que la gente determinó que el Congreso capitalino fuera dominado por Morena, Claudia Sheinbaum podrá convertir en realidad, con el respaldo de legisladores aliados con la ciudadanía, el enorme reto de impulsar la economía social y dar pie a que gobierno actúe como un ente regulador capaz de incentivar y potenciar la planeación de las actividades económicas.

Con el proceso de una transición ordenada y tersa, los primeros pasos en esa dirección comienzan a darse.

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