Este domingo traigo para ti algo que a todos los seres humanos nos compete sin importar raza, género ni lugar donde vivamos… Seguramente en varias ocasiones has escuchado por algún lado la palabra autoestima; o te han dicho que qué baja o alta autoestima tienes. Pero realmente ¿conoces lo que significa, su importancia y cómo desarrollarla?
Pues bien definamos este concepto como la suma de la confianza y el respeto que sentimos por nosotros mismos, es la manera en que nos vemos y nos aceptamos como seres completos, es el nivel de seguridad que nos otorgamos para hacer frente a las exigencias de vida. Es decir, es la valoración que das a tu persona considerando todo lo que te conforma tanto en mente, como en cuerpo y en espíritu.
En pocas palabras, amigos míos, es la aceptación total de lo que somos y hacemos.
La autoestima no inculcada en la infancia, difícilmente es desarrollada en la adultez. Cuando le enseñamos a nuestros hijos que todos son importantes menos nosotros, le estamos generando una herida profunda y grave; y no hace falta ser explícito para transmitir este mensaje. Déjame darte un ejemplo:
¿Hace cuánto no preparas la mesa del comedor con la vajilla fina y costosa sólo para cenar con tus hijos y tu esposo?, peor aún ¿cuántas veces has verbalizado que justamente esa vajilla fina no es para ellos, porque es para visitas importantes? El mensaje claro y directo es:
“Tú no eres suficientemente importante para mí, no para que te trate como gente importante”. Recuerda que la educación básica, la que crea y forma al individuo, no se da en la escuela sino en casa.
Pues bien, si ya sabemos el qué es, ahora descubramos cómo desarrollarla; estos son cinco tips prácticos que si implementas día a día, verás que, paulatinamente, se modifica la propia valoración que tienes de tu persona.
1. Prueba cosas nuevas, no hay mejor manera de sentirse capaz de hacer todo lo que el mundo pone a nuestros pies, que rompiendo nuestros propios límites y miedos.
2. Identifica todas aquellas habilidades y talentos que tienes y poténcialos, pero también todo lo que no te gusta y puedes cambiar; una vez que lo tengas bien claro trabaja en ello.
3. Fíjate metas, no es lo mismo ir avanzando en la vida sin objetivos específicos, que establecer estos y aplaudirnos cuando lo conseguimos.
4. Todo en la vida pasa por algo y son oportunidades que traen aprendizajes y crecimiento. Aunque cometamos errores, de ellos siempre se puede sacar el lado positivo.
5. No ser tan exigente también es bueno, es decir, es mejor ver los pequeños avances que se van teniendo hacia la consecución de algo, que no disfrutar el camino y sólo querer llegar a la perfección.
No hay por qué rendirle cuentas a nadie más que a ti, eres quien sabe realmente la percepción y aceptación que tienes de tu persona. Recuerda que nunca es tarde para trabajar nuestra autoestima y que constantemente hay que pulirla para conseguir vivir en equilibrio
PUBLICIDAD
Piensa, reflexiona y actúa.