Opinión

Agua: La guerra que viene

Hace más de medio siglo, John F. Kennedy advirtió: “Quien fuere capaz de resolver los problemas del agua, será merecedor de dos premios Nobel: uno por la Paz y otro por la Ciencia”.

Este año, el Papa Francisco Papa Francisco declaró en El Vaticano: “Me pregunto si caminamos hacia la Gran Guerra Mundial del Agua”.

Y António Guterres, secretario general de la ONU, alertó que para 2050 la demanda global de agua potable crecerá más de 40% y que al menos una cuarta parte de la población del planeta vivirá con una “crónica o recurrente” escasez de agua potable.

Históricamente se venía considerado al petróleo como el recurso que podría desencadenar la Tercera Guerra Mundial; sin embargo, los estragos del medio ambiente, la falta de prioridad política, las incapacidades gubernamentales y las desigualdades han hecho que actualmente el punto de mira esté en el agua.

Según estimaciones de la ONU, ahora mismo existen alrededor de 300 zonas en el mundo en las que se presagia un conflicto a causa del agua en 2025.

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Y para la Ciudad de México, este problema de escasez de agua potable no es menor y sus estragos los padecerá su población en dos semanas.

En las últimas décadas, la escasez y el desabasto de agua son problemas de todos los días en la Ciudad de México y su vecino, el Estado de México, principalmente por el acelerado y descontrolado crecimiento de la población, que es donde se concentra el 27% de la población nacional, que genera el 79% del Producto Interno Bruto, pero que sólo cuenta con el 32% de agua renovable.

Recientemente, el Gobierno de la Ciudad de México informó que obras de mantenimiento en el Sistema Cutzamala obligarán la suspensión del servicio de agua potable al 100% del periodo del 31 de octubre al 3 de noviembre en casi todas las alcaldías.

Este corte del vital líquido afectará a más de 4 millones de personas en 13 alcaldías de la Ciudad de México y 13 municipios de Estado de México. Así, las alcaldías que padecerán del cierre total de válvulas serán Miguel Hidalgo, Cuauhtémoc, Cuajimalpa y Álvaro Obregón.

En forma parcial estarán Azcapotzalco, Benito Juárez, Coyoacán, Iztacalco, Iztapalapa, Magdalena Contreras, Tláhuac, Tlalpan y Venustiano Carranza.

El problema que viviremos millones de mexicanos tiene a las autoridades de la Ciudad de México en alerta máxima, pues incluso no se descartan conflictos sociales en alcaldías que históricamente han sufrido de desabasto y clientelismo político por el agua, como son Iztapalapa, Tláhuac, Iztacalco, etc., todas ellas bajo gobiernos de Morena.

Apenas en marzo pasado, la capital del país registró un severo desabasto de agua, que derivó en una crisis política, pues lo más cómodo para las autoridades del gobierno de la Ciudad fue culpar a Morena de estar detrás de un boicot para desestabilizar la paz social, responsabilizando a dicho partido de estar detrás del cierre de válvulas.

Morena se deslindó, calificó de absurdos los señalamientos y contraatacó al Gobierno de la CDMX de hacer un uso clientelar de las pipas utilizadas para abastecer a las zonas más afectadas. Y todo esto precisamente en el proceso electoral que culminó el 1 de julio.

En el municipio de Iztapalapa se registran historias de terror por el control, abasto y lucrar con el agua, como el secuestro de pipas, como el bloqueo de calles para desviar el trayecto de pipas hacia destinos predeterminados. Cada pipa la venden entre 500 y 600 pesos. Hagan cuentas y se sorprenderán de este lucrativo “negocio”.

En esta alcaldía, después del 19S, un millón 200 mil personas se quedaron sin agua, 68 pozos fallaron tras el terremoto y se presentaron 800 fugas. Ante la desesperación, no fueron pocos los que decidieron robar directamente las pipas. Estaban en guerra por el agua.

Lo anterior sin contar que la demanda de servicios propia de la explosión demográfica de la Ciudad de México perjudicará la distribución del agua en zonas de difícil acceso, afectando a más de un millón de habitantes en siete demarcaciones de la capital.

Está claro que la crisis de agua potable se agudiza en el centro del país. De acuerdo con la ONU, la Ciudad de México será una de las 10 megalópolis en riesgo quedarse sin agua potable para el año 2030. La guerra por el agua llegó a la CDMX y las autoridades no saben qué hacer, solo atinan a prepararse para reaccionar ante la emergencia que se avecina.

El desabasto llegó y la actual administración se va. Así ha sido siempre y así seguirá siendo, no les importa afectar a los capitalinos.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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