Existe una tendencia mundial para pasar de la prohibición, a la regulación con fines medicinales y recreativos de la marihuana. Tan sólo en Estados Unidos, 29 estados avalan ya su comercialización por razones de salud y 9 permiten su uso recreativo. En México, la marihuana está clasificada aún como una sustancia controlada, ya que en términos generales, la producción, comercialización, portación y uso de esta sustancia está sancionada, aunque la Ley General de Salud permite, desde el 2009, hasta 5 gramos de marihuana para consumo personal.
La semana pasada, la Suprema Corte de Justicia de nuestro país resolvió un amparo en contra de la Ley General de Salud, concluyendo que “las afectaciones que provoca la marihuana no justifican una prohibición absoluta a su consumo”. Esta resolución tiene varias implicaciones. En primer lugar, al tratarse de la quinta resolución en el mismo sentido, el criterio ya queda como obligatorio en todo el país, lo que se traduce en que a cualquier persona que solicite un amparo por las mismas razones, le debe ser otorgado. En segundo lugar, a fin de evitar que se dé amparo tras amparo, ya que existe un criterio establecido por la SCJN, se anunció que el regulador de medicamentos, la Cofepris, presentará en estos días una propuesta de lineamientos en materia de control sanitario de marihuana y sus derivados, para cultivar, comercializar, vender, exportar e importar marihuana con fines medicinales y de investigación. En tercer lugar, nos corresponderá ahora a los legisladores debatir y, en su caso, proponer modificaciones a la Ley General de Salud, tomando en consideración los planteamientos hechos por la ONU, la OEA y la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE) así como las discusiones y acuerdos internacionales en la materia, tanto por la parte de derechos humanos como de salud y, desde luego, del combate a las drogas y al crimen organizado.
Esto no se trata de un fenómeno local, ni siquiera nacional, sino de mercados transnacionales con implicaciones que superan por mucho las fronteras. Así es que hay que entrarle al tema con información, cabeza fría y sobre todo pensando en el bienestar de nuestra sociedad.