El Estado Mayor Presidencial fue un referente para los cuidados del Presidente junto con su familia, con el paso del tiempo se convirtió en una institución más allá responsable de la seguridad del mandatario sino de las visitas, eventos privados, conferencias de prensa, giras internacionales, de ahí la capacidad de poder interactuar y generar ayuda a los y las Secretarias de Estados para que tuvieran protección, esto se dio en un marco de Seguridad Nacional, en ese sentido el ex Presidente Manuel Ávila Camacho en 1926, crea la Ayudantía del Presidente junto con el el denominado Estado Mayor Presidencial.
Al mismo tiempo en nuestra época moderna los excesos de los Presidentes han hecho que la investidura de está institución haya sido mal vista por el ciudadano. Sin embargo, la importancia de dicho ente militar es necesario para resguardar la integridad del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas de nuestro país, esto quiere decir que va más allá de cuidar sólo a una persona sino a un emblema Constitucional como es el Presidente de México, además que se da por instituido en la Carta Magna, los principios del ejercicio de Seguridad son estrictamente de Seguridad Nacional.
Si bien la organización institucional no desaparece sino sólo se anexa al ejército de nuevo, es evidente que el fervor social en cualquier momento podría cobrar factura al Presidente junto a su familia, la óptica que los ciudadanos deberiamos pensar, es la de generar los mecanismos de protección en todos los sentidos, sí, en su hecho al Presidente, sino al mismo tiempo la Democracia, Legitimidad y Estabilidad Social dentro de nuestro país que podemos diferir en cualquier asunto, pero que jamás pensaríamos que ponerse en riesgo beneficie a nadie en este país. Necesitamos un presidente cuidado como cualquier otro. Que no es privilegio, es un derecho. Y no de él sino de cada mexicano y mexicana que merece un gobernante que ejerza sus funciones con los mínimos riesgos.