La lucha por ser

Vivir no es nada sencillo. Y cuando eres diferente a los demás la cosa se complica aún más. El ser humano, desde su concepción, hombres y mujeres por igual, estamos provistos de ciertas características que nos permiten ser tolerantes, respetuosos, empáticos, reflexivos, misericordiosos… sin embargo, la realidad arroja una decepcionante conclusión con respecto a esa muy peculiar condición de ser humano, porque lamentablemente hay personas que de forma por demás inexplicable desarrollan, gracias a sus complejos y su intolerancia, actitudes de rechazo y de agresión hacia aquellos que resultan ser distintos a ellos desde cualquier trinchera.

Así las cosas, a diario coincidimos con individuos a los que les resulta muy complicado aceptar y respetar a aquellos que son distintos a ellos. Y sí, en pleno Siglo XXI, donde supuestamente hemos llegado a un avance tal en todos los aspectos, todavía existe el rechazo y el escarnio hacia aquellos que osan vivir su vida a su modo, bajo sus propias reglas. ¿Se imaginan vivir en un mundo donde hay burlas hacia aquellos que deciden ser veganos,  ataques hacia ciertos grupos por sus creencias políticas o religiosas, críticas y desaprobación a los que ejercen algún tipo de activismo…?

Es más, con todo y que muchos presumen que ya vivimos en una sociedad y en una época en la que existe una gran apertura social e ideológica, todavía podemos encontrarnos con grandes grupos de personas que rechazan a aquellos que se deciden a aceptar y a ejercer su sexualidad de forma por demás abierta sin preocuparse porque al resto del mundo no le agrada que sean gays o heterosexuales.

Aceptémoslo, moralmente estamos en pleno retroceso cuando se trata de aceptar verdaderamente a aquellos que son diferentes a nosotros. Estructuralmente nos hemos dejado conducir a una especie de callejón sin salida emocional al momento de ver en los demás comportamientos que no van acordes con aquello “que nos enseñaron en nuestra casa” o que consideramos transgreden eso que consideramos que “es lo correcto” y como en una moderna Santa Inquisición nos dedicamos a criticar, a marginar y a rechazar a todos los que simplemente no se parecen a nosotros en nuestra manera de vestir, en nuestra forma de hablar o incluso porque no pertenecen a nuestro estrato social.

Y cuando se trata de ir a cuestiones más profundas, como bien pueden ser las preferencias sexuales de otros, desgraciadamente acabamos enseñando el cobre de la peor manera porque somos incapaces de ejercer la tolerancia y la comprensión en aquellos que no encajan en nuestros ridículos estándares morales. ¿Alguno de ustedes sabe que en distintas partes del mundo, México incluido, están proliferando “escuelas” en las que uno puede mandar a sus hijos cuando empiezan a mostrar alguna inclinación homosexual para que en dichos lugares sean “curados”? ¿Desde cuando ser gay es sinónimo de padecer una enfermedad? ¿Quién certificó y autorizó a esos “maestros” y “doctores” para curar a nuestros hijos, sobrinos, hermanos o amigos de ser homosexuales? Me recuerda a cuando, en el siglo pasado, nuestros abuelos le ataban el brazo izquierdo a aquellos niños que manifestaban tendencias a ser zurdos porque según ellos esta condición era indicativo de ser siniestro o diabólico y a la larga terminaban detonándole innumerables traumas a los pequeños a los que sometían a su ignorante empirismo terapéutico. 

Tenemos que aprender a ejercer el amor en acción, tenemos que avanzar en nuestro pensamiento emocional y aceptar que los demás tienen el mismo derecho que nos asiste a nosotros por querer ser diferentes. Nadie tiene la potestad sobre ningún ser humano para decidir qué es lo mejor para cada individuo. Todos tenemos derecho a elegir. Todos tenemos derecho a equivocarnos. Todos tenemos derecho a buscar la felicidad bajo nuestros propios términos… todos tenemos derecho a vivir.

Y no olviden que todos jueves y sábados en punto de la medianoche los espero en su programa “Exclusivo Para Hombres”, que se transmite por Telefórmula (por favor chequen su sistema de cable predilecto para verificar nomenclaturas del canal).

E-mail: yazminalessandrini@yahoo.com.mx Twitter: @yalessandrini1

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