La semana pasada, el presidente Donald Trump, señaló que cerrará la frontera de Estados Unidos con México y manifestó que autorizará que los militares utilicen, si es necesario, la “fuerza letal” a los migrantes que intenten ingresar a su país, argumentando que no tiene otra opción pues se trata de “una invasión de traficantes, drogas y criminales”, esto, siempre y cuando nuestro país no detenga inmediatamente la inmigración ilegal; sin embargo, esta no es la primera vez que lo anuncia, recordemos que desde su campaña Donald Trump refirió adoptar medidas severas contra los “inmigrantes”.
Al respecto, dos de los principios fundamentales que rigen la vida internacional es el de no intervención, que consiste en la obligación de los Estados de abstenerse a intervenir en los asuntos internos de otro con la intención de afectar su voluntad, así como el de autodeterminación de los pueblos que indica que cada país decide sus propias formas de gobierno. En este sentido, considero que en este tema el gobierno mexicano debe ser muy cuidadoso, pues mientras los migrantes no sólo de nuestro país, sino de Centro y Sur América sigan entrando a nuestro país vecino del norte de manera ilegal, seremos objeto de amenazas de este tipo.
El Gobierno de nuestro país, ha argumentado en varias ocasiones que se encuentra trabajando en el tema del control del flujo migratorio, con el fin de que la “migración” existente se vuelva legal y que se respeten los derechos humanos y fundamentales de nuestros compatriotas.
De hecho, Andrés Manuel López Obrador declaró en su conferencia matutina de este lunes, que toma muy en serio las declaraciones del presidente Donald Trump, pero que prefiere no hacer comentario alguno al respecto, argumentando “amor y paz”, pues prefiere actuar con mucha prudencia y no confrontarse.
Considero que las manifestaciones del presidente estadounidense carecen de un soporte documental importante, pues no está probado que los migrantes representan una amenaza a la seguridad nacional de ese país.