Opinión

Dos bocas, dos visiones

Como si fuera una grieta que se abre y divide a unos de otros, la construcción de la refinería de Dos Bocas, Tabasco, ha causado polémica.

Se enfrentan, quienes advierten riesgos, e inviabilidad económica, y aquellos que anuncian la disponibilidad de recursos y total viabilidad para el proyecto.

El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió que antes de cuestionar, le den oportunidad de demostrar que sí se puede y que la refinería estará lista en tres años, en mayo del 2022, con una producción de 300 mil barriles diarios, sin rebasar el presupuesto de 8 mil millones de dólares para su construcción, además de crear 100 mil empleos con mano de obra mexicana.

En días recientes anunció que luego de declarar desierta la licitación internacional para la dirección y administración del proyecto, en la que participaron cuatro empresas, será Petróleos Mexicanos (Pemex) quien se encargará de construir la refinería de Dos Bocas, bajo la supervisión de la Secretaría de Energía, (Sener). Será, la Secretaria de Energía, Roció Nahle, la encargada de la dirección del proyecto.

Una de las cuatro empresas se retiró, y las otras no fueron aceptadas por presentar ofertas y plazos por encima de lo estimado por el gobierno. Se excedieron alrededor de 40% del costo estimado para la dirección del proyecto, y ofrecían, además, terminar la obra en 2025, en más tiempo de lo planeado.

La decisión de la construcción no es apresurada, y ha venido procesándose a lo largo de los últimos meses para así lograr la autosuficiencia de la producción de energéticos, en particular de la gasolina y el diésel. Hoy la demanda interna de gasolina , diésel y turbosina  es de 1.2 millones de barriles diarios, mientras que la producción es de apenas 360 mil barriles diarios. El déficit es evidente, la construcción de Dos Bocas,  indispensable.

Hoy, ante la política energética del país, en presidente López Obrador, plantea rescatar la industria petrolera como se hizo en 1938 cuando el general Lázaro Cárdenas dijo que la expropiación petrolera, consistía básicamente en la apropiación legal del petróleo que explotaban 17 compañías extranjeras para convertirse en propiedad de los mexicanos.

Por otra parte, diputados de distintas fuerzas políticas de la oposición, renuentes al cambio de política económica que lleva a cabo el gobierno de la Cuarta Trasformación (4T), han calificado la decisión de AMLO como “un capricho y una locura ya que las mejores empresas han confirmado que no es posible construir y el presidente se niega a escuchar”, dijo Juan Carlos Romero Hicks, líder de los diputados del PAN; en tanto, Marco Antonio Adame, Vicepresidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados calificó de sorprendente el que Pemex construya la refinería, “porque miles de dólares se van a destinar para este complejo, pero sin estudios ni experiencia, bajo una profunda crisis financiera y de productividad”.

La diputada del PRI, Soraya Pérez, originaria de Tabasco, afirmó que el proyecto terminará siendo un “monumento a la falta de transparencia”, y el secretario de la Comisión de Hacienda, Antonio Ortega predice que la decisión de construir la refinería “traerá consecuencias graves”. Bajo el mismo esquema, Coparmex ha advertido que “el mundo está inmerso en un proceso acelerado de transición energética encaminado a sustituir los combustibles fósiles “.

Para la construcción de Dos Bocas, Tabasco, se convocará a especialistas y trabajadores de Petróleos Mexicanos, Pemex que hace 40 años construyeron la refinería en Salina Cruz, así como al Instituto Mexicano del Petróleo, la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, la Comisión Nacional del Agua (Conagua), otros grupos colegiados y la Organización de las Naciones Unidas, ONU, para certificar la transparencia ya que uno de los objetivos es asegurar que durante la ejecución se utilicen las mejores prácticas de anticorrupción.

El propósito de la construcción de Dos Bocas, es aumentar la producción de gasolina, rescatar a Pemex de su peor crisis de producción en 40 años, reducir la importación de combustible, (que representa en promedio el 70% del consumo nacional), y asegurar la autosuficiencia energética.

Hace más de cuatro décadas que Petróleos Mexicanos (Pemex) construyó sus últimas dos refinerías, la “Héctor R. Lara Sosa en Cadereyta, Nuevo León, y la “Antonio Dovalí Jaime” en Salina Cruz, Oaxaca.

México es un país con gran producción de petróleo y que importa a su vez grandes cantidades de combustible: una paradoja que finalizará con la construcción de la nueva refinería de Dos Bocas, Tabasco, el próximo 2 de junio

¡Manos a la obra!

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