Urgente que la Agenda Verde sea prioridad de la 4T

Desde la semana pasada en la Ciudad de México hemos vivido con una calidad del aire que nos afecta de manera significativa a todos. La contingencia ambiental extraordinaria está caracterizada por la dispersión de partículas de diámetro inferior a 2.5 micras (PM2.5) cuyos efectos son perjudiciales para la salud, afectando principalmente el sistema respiratorio, ya que estas partículas se depositan en la región traqueobronquial provocando conjuntivitis, rinitis, amigdalitis e incrementan la sensibilidad en personas con asma.

Sin embargo, ante tal situación el gobierno capitalino demostró su incapacidad para tomar decisiones frente a esta crisis ambiental, pues las acciones fueron tardías, insuficientes e incongruentes con la magnitud del problema, al grado de culpar a la administración anterior por no haber dejado un protocolo.

Pero lo que sucede en la capital sólo es una muestra de la crisis que puede desatarse en el país, sobre todo cuando el medio ambiente no es una prioridad para el gobierno federal. Si nos detenemos a analizar las propuestas de esta administración en materia medioambiental nos percataremos que el enfoque esta dado en la adaptación al cambio climático, pero no para tomar medidas que mitiguen los efectos.

Como ejemplo, están los dos grandes proyectos del gobierno federal: el Tren Maya y la Refinería de Dos Bocas, ambos sin estudios de impacto ambiental, mismo que determinan entre otras cosas, los posibles efectos y la valoración de las afectaciones directas o indirectas en el medio ambiente. El Tren Maya es un proyecto que impactará de manera importante en el equilibrio ecológico de la zona pero al día de hoy no conocemos el Plan Maestro, lo que si sabemos que tendrá un costo aproximado de 7 mil millones de pesos.

Por otro lado, la construcción de la Refinería de Dos Bocas provocaría la destrucción de más de 82 hectáreas de manglar y su funcionamiento implicará la alteración del ecosistema del lugar. Pero este proyecto más que tener viabilidad es un capricho presidencial según un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) que afirma que tiene tan sólo un 2% de posibilidades de éxito. Consideremos también que las empresas que participaron en el concurso cerrado para construir el complejo denunciaron que la obra será mucho más cara y tardará más tiempo de lo que el presidente ha prometido, por lo que, el gobierno tomó la decisión de que el megaproyecto lo lleven a cabo Petróleos Mexicanos (PEMEX) y la Secretaría de Energía (SENER), dependencias que no tienen ninguna experiencia en obras de este tamaño, mismo caso del Aeropuerto de Santa Lucía.

En ese sentido, nadie puede negar que, en nuestros días, apostar por los combustibles fósiles es atentar contra el medio ambiente, la vida y la salud de las personas; además, la inversión será mucho más grande de lo previsto. La calificadora Moody’s ha publicado un reporte al respecto afirmando que “nuevas refinerías pueden terminar costando múltiples veces el monto original presupuestado”.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) pidió al gobierno mexicano que respete sus compromisos firmados en materia de medio ambiente en ambos proyectos, a fin de que éstos sean congruentes con un futuro sustentable, pero López Obrador se limitó a atacar a su Secretario General, el economista mexicano José Ángel Gurría y a denostar a la organización internacional.

No podemos quedarnos de brazos cruzados frente a las cifras alarmantes publicadas la semana pasada por Naciones Unidas, mismas que informan que más de un millón 800 mil especies de animales y vegetales están amenazadas de extinción y podrían desaparecer en las próximas décadas si no se toman «medidas efectivas, urgentes y decisivas». México no puede quedarse atrás en los esfuerzos que se están realizando a nivel mundial. No es casualidad que, ante tal amenaza el problema se encuentre en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), particularmente en el Objetivo número siete “Energía asequible y no contaminante”. La pregunta es ¿Cómo le hará la Cuarta Transformación para cumplir con este Objetivo si es evidente que el medio ambiente no es su prioridad? Al tiempo…

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

Tags

Lo Último