No es para menos la gravedad de lo que estamos siendo objeto en los tuits del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. La dificultad que está representando para las autoridades mexicanas el que se exponga a nivel internacional al país en una situación adversa.
Tal parece que lo que quiere Trump va más allá de subir impuestos, tiene que ver con nuestra posición geopolítica la que se puede condicionar con este tipo de advertencias mediáticas para que convirtamos en el territorio nacional un “gran muro” o frontera que permita el cumplimiento de las promesas de campaña del Presidente republicano.
La dureza con la que se nos está tratando, la falta de diplomacia, así como la ausencia de una respuesta que rebase a una carta de frases lisonjeras, está volcando en el país una responsabilidad muy grande en donde se nos ve como los causantes de la crisis norteamericana.
Sabemos lo que esto significa en términos políticos. La ventaja que representa para Trump en ponernos como los “villanos” que merecen más que tener un pie encima o como dice vulgarmente: “la soga en el cuello”. Los aranceles, entonces, se convierten en el pretexto útil para amedrentarnos.
Mucho dependerá de la respuesta del cuerpo diplomático de México y del Gobierno Federal para rebasar las expectativas de que nos tienen, prácticamente, amenazados. De su capacidad de no tomarse esto a la ligera dependerá del cómo salgamos de esta crisis binacional en la que un político nos usa, precisamente, como “arma” para seguir sembrando lo que quiere cosechar: filias de quienes hoy también están desesperados en Estados Unidos por su propia realidad.