Los diccionarios mienten: no se saben adaptar a la celebración del tiempo en un momento en el que es imposible hacer una lectura lineal de la realidad.
Por eso, y como cada día es una oportunidad para mostrar tu arrogancia, salvemos el ego replanteando significados y tendencias.
Inmediatez – Religión a la que orgullosamente nos estamos haciendo adeptos.
Ego – Peligrosa enfermedad que afecta a quien cree que es, lo que ni por asomo es.
Prisa – Fiesta sagrada de estos tiempos. Uno debe parecer tener prisa, de lo contrario le restarán importancia y lo pondrán a esperar. Todo lo que tenga que ver con tendencia, debe ser tratado con más prisa aún.
Lucimiento – Tobogán molesto y poco elegante pero útil para sobresalir y exigir cosas gratis. Pasaporte a la pena ajena.
Aceptación – Reliquia olvidada usualmente situada en el sótano de las prioridades. Llave para realmente trascender, por encima de cualquier tendencia.
Fugaz – Dolencia del tiempo, curable sólo con la fama y con el reconocimiento de las masas.
Alguien – Todo aquél que gracias a su ingenio y chistosidad no es nadie.
Tiempo – Recurso ignorado.
Falange – Una de las cinco oportunidades para hacer clic con el mundo.
Adicto – Felizmente enganchado.
Elogio – Tributo que se ofrenda a cambio de otro.
Followers – Angelitos de la guarda que dan sustento a esta brillante carrera en la que se genera contenido a cambio de… nada.
Silencio – Misterio del inadaptado.
Autenticidad – Bien en desuso que la naturaleza nos da para patearla cuando se trate de relacionarnos con alguien más.
Compulsión – Necesidad de brillar porque los payasos también brillan. Acto de repetir conductas que no corresponden y pensar que van con uno.
Reflector – Detector de miserias.
Romperla – Caló por medio del cual se normaliza deconstruir algo a partir del ser «único» y «excepcional» con el favor del pueblo follower sabio.
Tren – Divertido vehículo que nadie se tiene tomar en serio, a menos que tenga problemas de aceptación.