El comportamiento de la creación de empleos es muy variable. Obedece a muy diversas razones tanto del entorno nacional como internacional. Por tanto, el análisis requiere una reflexión profunda respecto a lo que sucede en la economía. En el caso de los datos que dio a conocer recientemente el IMSS hay considerar varios factores.
Se trata de una medición sobre los primeros meses del año y, al mismo tiempo, corresponde al inicio de un nuevo gobierno. En esos periodos, cada seis años, es común que las inversiones y la creación de empleos se frenen. Adicionalmente, debe tomarse en cuenta lo que ocurre en el extranjero. La economía a nivel global atraviesa por momentos difíciles en que no existe el dinamismo deseado.
Hay que recordar también que los análisis de todas las instituciones nacionales e internacionales pronosticaban hasta hace unos meses una tasa de crecimiento y ahora esos mismos organismos han reconsiderado advirtiendo una contracción mayor a la esperada.
Aun así, es conveniente tomar en cuenta que hay otros datos alentadores. Por ejemplo, ahí están el compromiso de muchos empresarios mexicanos con el Presidente de la República para invertir 32 mil millones de dólares en el país y, de igual forma, está la aprobación del Senado al nuevo tratado comercial con Estados Unidos y Canadá, conocido como T-MEC, que será un instrumento que ayudará a la creación de nuevos empleos.
Hay otros elementos que también contribuirán a mejorar el entorno laboral, como es el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro. Aunque opera con recursos públicos para apoyar a cientos de miles de jóvenes, es lógico que las empresas participantes contratarán a muchos de ellos al concluir su capacitación. Por ello, hay que ser optimistas. Las cifras del IMSS son una fotografía sobre un momento, pero no son determinantes. Hay que tener confianza en que con la nueva política económica de la cuarta transformación, en poco tiempo, la situación laboral del país mejorará.