El Presidente Andrés Manuel López Obrador decidió celebrar el primer aniversario de su victoria en las elecciones presidenciales, mismas que ganó después de dos intentos fallidos en 2006 y 2012. El mandatario convocó a una fiesta, a un “bailongo”, como dijo él mismo, en el Zócalo de la Ciudad de México.
El mandatario tiene sus propias razones para festejar, nadie puede regatear el triunfo contundente de 30 millones de votos, nadie puede negar la empatía que tiene con millones de mexicanos, tampoco se puede negar que AMLO luchó durante más de una década por llegar a Palacio Nacional, es decir, en lo personal, sin duda, tenía mucho que celebrar.
¿Como país tenemos mucho que celebrar? Probablemente no. Vivimos la crisis más importante en seguridad de las últimas décadas, el número de ejecuciones en el primer semestre fue de 17 mil 500, prácticamente nos encontramos en recesión económica, las obras de infraestructura no avanzan y otras se cancelan, incluso a mano alzada.
Existe un diálogo de sordos entre los críticos y los que apoyan incondicionalmente a la 4T. El hecho de hacer crítica no quiere decir que se quiera que el país tropiece o le vaya mal en su gestión al Presidente. Por otro lado, la polarización se mantiene, muchas veces promovida por el propio AMLO.
Mucho del análisis que termina en lo que algunos consideran crítica se da con los datos del propio gobierno federal. Los cheques en blanco no contribuyen a nada para la gestión de un gobierno y los aplausos desmedidos deben quedar solo en la plaza.
El presidente López Obrador tiene todo el derecho de celebrar, sus porristas tienen todo el derecho de ir a la plaza a alabarlo, no es de extrañar que abarrote el Zócalo, de hecho, era más que previsible, aun sin acarreados lo hubieran llenado. Los críticos a la administración también tienen todo el derecho de exigir, parte de las obligaciones ciudadanas es exigir a los gobernantes.
Es muy pronto para hacer una evaluación, este primer año es importante para ver el rumbo que López Obrador le dará a su gobierno y al país. También es muy pronto para celebrar, incluso la invitación a un “bailongo” del mismo presidente.
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Últimas palabras.
La Guardia Nacional inició actividades y llegará a la Ciudad de México, aunque originalmente no era la idea, lo cierto es que la inseguridad en la capital es una crisis, veremos si el ajuste rinde frutos.
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