Opinión

En la cima del mundo

Lo que debemos tener siempre muy claro es que nada que merezca la pena resulta fácil. No podemos olvidar que cuando amas lo que haces siempre entregas el corazón. No hay nada mejor que luchar por lo que te apasiona. La vida misma te regresa los frutos de tu coraje y lo hace en forma de infinitas lecciones que –tarde o temprano– se transforman en experiencias. Y son precisamente esas vivencias las que te fortalecen, te vuelven más positivo y te impulsan a seguir viendo hacia adelante.

Ahora bien, cuando hablamos de la música, sabemos que es un arte universal que día a día cobra más fuerza; fuerza para impactar al mundo, fuerza que hace que los cambios lleguen sin avisar para que no nos quede más adaptarse o morir.

Hoy en día el mundo de la música es una escalera de innovaciones, en donde la lucha por la constancia está más fuerte que nunca, donde lo más importante no es la fama, sino la capacidad que el artista tenga para conmover al mundo, para emocionarlo.

Ricardo Montaner es uno de esos seres humanos que irradian luz y contagian con su estusiasmo y su inspiracón. Es una voz que ha hecho eco alrededor del mundo de habla hispana, convirtiéndose en parte de la historia de la música en nuestra lengua, en un ícono del romanticismo actual.

Hace muchos años que el destino me otorgó el privilegio de atravesarme en el camino de este gran maestro de la música y la vida, quien no ha necesitado más que la magia de su poesía para plantar bandera en el universo y conquistar. 

Y como  aprender es una misión, yo lo he hecho de él; de su forma de componer y de su forma de llevar la vida, de lo que dice y piensa. Siempre es una experiencia hablar con él, escuchar cómo demuestra que para vivir basta con levantarte cada mañana impulsado por el hecho de hacer lo que más interés tienes para ti, para tu vida, para tus planes, ya que si algo te apasiona –y trabajas duro en ello– seguró llegará el éxito cuando menos lo esperes.

“Yo creo que uno no debe asustarse con los retos, y con ese tipo de cosas yo creo que lo más natural es que la música viaje de distintas maneras, ya que a medida que va pasando el tiempo, nos ponemos viejos, pero eso no significa que las ideas tienen que ponerse viejas, y mucho menos la creatividad, ni mucho menos la música, o sea, la música se va presentando de distintas maneras”, Montaner, es un artista que, con casi cuatro décadas de trayectoria, se ha enfrentado a miles de retos de transición en la música, más eso no lo ha hecho desistir, sino que ha tomado de ahí la fuerza necesaria para mantenerse vigente en este complicado arte.

“Mi nuevo álbum lo puedo comparar con los blue jeans, o sea tu bisabuelo y tatarabuelo usaban blue jeans, pero lo usaban de otra manera y de otro modelo, porque la tela era más dura, un poco más áspera y quizá un poco más incómoda, pero con el paso del tiempo, los blue jeans se fueron transformado, han tenido una metamorfosis y han ido evolucionando. Hoy en día, esos mismos blue jeans se siguen usando, pero un poco más skinny, la tela es más suave y cómoda, los colores varian, pero en realidad son los mismos jeans de siempre. Y eso mismo pasa con la música, yo le puedo poner una atmósfera, muy en la onda de hoy, puedo darle un sonido de trap a las baladas, pero jamás dejarán de ser baladas”. Y no hay otra manera de nombrar a esta gran analogía que “confianza”, confianza en lo que haces, confianza de saber que si te esmeras, dejarás un legado que trascenderá a lo largo de generaciones.

Además, sin artificios de ningún tipo, Montaner avanza con estandarte de humildad, ya que él no es una persona que pregone a los cuatro vientos el don que tiene, pues simplemente sigue su camino con naturalidad, disfrutando de lo que hace. 

“Nunca me di cuenta en que momento surgió esto, cuando me quise acordar ya vivía de ello, pero yo creo que fue por ahí de los 9 años cuando empecé a escribir alguna cosa, a los 10 se me ocurrían cosas que tenían que ver con mi mamá y mi papá, y tengo este recuerdo de haber escrito una canción sobre mi madre cuando sólo me sabía un acorde en la guitarra, era una canción desastrosamente fea, pero se la cantaba con todo mi amor, y ahí fue cuando empecé a practicar, a descubrir lo que me inspira, a saber que para colmo el amor es medio imposible, a veces se mira de lejos, pero eso me sirvió porque empecé a escribir canciones de amor…”. 

Ademas Ricardo dice que el amor que siempre ha unido a su familia, – “para mi siempre fue importante tener a mi familia apoyándome” y lo que dice se nota por que la relación con sus hijos (los que estan en el espectaculo y los que no) siempre ha sido buena siempre ejemplar, lo que reafirma lo que transmite a su público, lo que confirma que son sentimientos reales, basados en historias y anécdotas, que escuchen cientos de vivencias cantadas por la misma persona que las vivió, pues dentro de sus convicciones, existe la de volver la música algo más íntimo y personal, que no sólo deje un ritmo, sino que sepa tocar el alma.

En el mundo según Montaner, la música es un diamante que al pulirse no sólo da brillo, da esperanza, da vida y rejuvenece el espíritu, si no que hace que la gente se ame y que sus vidas lleguen siempre a la cima del mundo.

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