Para nadie es sorpresa la parálisis económica que nos aqueja a los mexicanos, y resulta aún más preocupante que el titular del Ejecutivo federal evada su responsabilidad con citas como “»yo tengo otros datos», lo que denota su desconocimiento e incapacidad para tomar decisiones en materia económica. Esto ha puesto en alerta a miles de inversores nacionales y extranjeros, incluso el Banco de México ha advertido sobre la recesión que estamos viviendo, ya que existe una desaceleración económica, con un crecimiento bajísimo del 0.5%.
El equipo de Bank of America ha señalado que México vive una recesión técnica debida a diversos factores en el que se destaca un Producto Interno Bruto desalentador y con tendencia a la baja. Cabe señalar que una recesión se decreta cuando se presentan 3 trimestres sin crecimiento económico, lamentablemente para nuestro país éste ha sido el diagnóstico.
Para evitar que se detenga el crecimiento de nuestro país, debemos corregir la forma de conducir la política económica y mandar señales de tranquilidad a los inversionistas pues solo con decisiones certeras que abonen al clima económico de México es como se logrará que las estimaciones nos favorezcan.
Los siguientes meses son críticos para nuestro país, pues de consolidarse una recesión se afectará aún más la economía de las familias mexicanas, lo cual será resultado de decisiones tomadas sin ningún sustento y en donde se privilegia el amiguismo y el conflicto de interés, como ha sido: la cancelación del aeropuerto, la construcción de la refinería de “Dos Bocas”, la construcción del Tren Maya, la disputa de la Comisión Federal de Electricidad con empresas canadienses que ponen en riesgo el Tratado de libre comercio, es decir, se está enviando un mensaje desafortunado al sector productivo, logrando con ello detener el crecimiento de nuestro país.
Es justo en estos momentos donde se hace evidente lo que el extitular de la Secretaria de Hacienda y Crédito Público denunció en su carta de renuncia, las decisiones de políticas públicas se toman sin sustento y por funcionarios públicos sin experiencia, por ello, es momento de que el Gobierno de México recapacite y enmiende el camino.