La relación de los medios de comunicación con los círculos de poder siempre se ha dado, no es secreto que los medios buscan la cercanía del mandatario en turno para tener un buen acuerdo y que el mandatario en turno busca la cercanía de los medios para tener un buen trato.
Esa relación de poder se da de distintas maneras, a pesar de que el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dicho que las cosas cambiarían, la relación de poder sigue siendo la misma. El mandatario hoy sigue presionando a los medios y los cuestiona si no están en sintonía con lo que él dice.
De hecho, en este gobierno hemos visto una confrontación, como nunca se había dado, entre los medios de comunicación y el presidente, al menos no públicamente. A grado de calificarlos como parte de la mafia del poder o decir que no se han portado bien. El papel de los medios no es portarse bien frente al gobierno.
Los medios deben ser críticos y, al mismo tiempo, reconocer los aciertos. El problema es que, durante años, muchos se han mantenido en una relación de poder que no permite que sean realmente independientes. De alguna manera el presidente tiene razón en una parte de su crítica, pero en términos reales su razón no tiene ninguna validez cuando él mismo es el principal promotor de limitar la libertad de expresión y presionar desde la posición privilegiada como es la Presidencia de la República.
La presión presidencial se da desde muchos ángulos, no es mejor hoy que antes. En el pasado muchos de esos reclamos –de manera indebida- se hacían desde las llamadas reclamando contenidos que no eran satisfactorios al poder. Hoy los reclamos se hacen de manera pública, sin posibilidad de derecho a réplica y en un claro abuso de las instituciones para denostar a quien consideren enemigo.
El hecho de hacer el reclamo de manera pública invita a los seguidores del presidente al insulto al medio o periodista en cuestión, no debemos de confundir el ataque con libertad de expresión. Nunca habrá igualdad de circunstancias ni será justa una discusión, porque no se da entre pares, eso el presidente lo sabe.
Los medios en efecto no están para alabar al mandatario, tampoco lo están solamente para vivir del acuerdo presidencial. La relación debería ir mucho más allá de esa simpleza. Nadie estaría en contra de que los gobiernos busquen acuerdos comerciales con los medios ni que los medios tengan beneficios comerciales de los gobiernos, eso es algo natural. Lo que no debe existir es una presión en ambos sentidos a partir de los acuerdos, menos una rabieta presidencial si hay crítica.
La 4T debería de ser mucho más tolerante, el presidente durante años fue oposición y sabe lo que es ser presionado por un grupo de poder. Hoy él es el poder y parece ser un opresor que abusa de su posición, eso no parece estar en sintonía con lo que intenta proyectar.