Según los expertos México está en grave riesgo de caer en recesión y muy lejos de crecer al 4% anual como lo prometió el Presidente de la República.
Las malas decisiones económicas, tomadas en su mayoría por el titular del Ejecutivo, responden principalmente a caprichos personales más que al bien público, está por demás decir que la cancelación del aeropuerto en Texcoco, la construcción de la refinería de “dos bocas” y el tren Maya, así como la disputa de CFE con empresas canadienses, entre muchos otros malos mensajes, han provocado un estancamiento y una desaceleración de la economía.
Hace ya unas semanas el equipo de Bank of America e incluso el Banco de México dieron a conocer el evidente y desalentador crecimiento del Producto Interno Bruto, además visibilizaron que las ausencias de inversiones y las tasas negativas del gasto público son la constante. Lamentablemente, se vaticina un panorama alarmante para los siguientes periodos.
Cuando la memoria falla es necesario recordar lo que se critica y no se cumple. En días pasados, el Presidente de la República celebró el 0.1% de crecimiento de la economía, de acuerdo con cifras del INEGI, cuando antes de ser gobierno -marzo de 2014- denunció en su cuenta de twitter que: “En enero la economía creció 0.8%, es decir, nada. EPN y Videgaray no saben como hacerlo. Perdón, pero con nosotros sería distinto y mejor.”
El Gobierno Federal debe cambiar su forma de actuar ya que, si no lo hace, generará una crisis económica de dimensiones catastróficas para nuestro país, afectando la economía de millones de familias mexicanas. Debe iniciar reconociendo el problema económico por el que atravesamos para poder crear una estrategia de las mismas magnitudes.