La renuncia del Ministro Medina Mora es un hecho prácticamente inédito en nuestro país. Hay que analizar el tema en su justa dimensión, al quedar claro que la institución de la Suprema Corte de Justicia de la Nación es una institución fuerte.
En el caso de la renuncia, la cual fue aceptada por el Presidente de la República, de acuerdo con lo que establece el artículo 98 de la Constitución, ahora será necesario que la Cámara de Senadores apruebe la aceptación de la decisión de Medina Mora para separarse de su cargo. Ello sucederá este martes y el Senado deberá tomar una decisión al respecto.
Una vez que se resuelva el asunto y si es procedente, será necesario iniciar un nuevo proceso para que la Cámara Alta designe a un nuevo ministro o ministra. Ese procedimiento, también previsto en la Constitución, implicará que el Presidente de México, como Jefe del Estado mexicano, envíe una terna para que el Senado elija a quien habrá de sustituir al Doctor Medina Mora.
El Senado deberá valorar con todo cuidado las características de la persona idónea para ocupar uno de los once espacios del máximo tribunal del país. En ese sentido, será necesario hacer un nuevo esfuerzo político de concertación entre las diversas fuerzas políticas a fin de elegir a la mejor persona que se integrará de inmediato a la tarea de garantizar la constitucionalidad de las leyes, de los actos de los órganos del Estado y a asegurar a todos los mexicanos el acceso a la justicia y el respeto a las garantías individuales y los derechos humanos.
Dada la importancia del cargo que pudiera quedar vacante, tanto el Ejecutivo Federal y el Senado de la República deberán asumir esa gran responsabilidad, anteponiendo los intereses de México para hacer valer el Estado de Derecho.