Posible contra deseable

En cualquier actividad humana, siempre existe la disyuntiva entre lo posible y lo deseable, que no es más que nuestro ideal contra nuestra realidad.

Pensar qué hay soluciones mágicas o instantáneas pertenece a ese deseo de lograr mejores condiciones de vida, pero tiene poco que ver con las opciones, muchas o pocas, que tengamos para realizarlo.

Por eso, dicen, las campañas políticas son un ejercicio de promesas para entusiasmar votantes y gobernar es modular sus expectativas una vez que uno llega al puesto.

Si bien deberíamos analizar esas promesas a la luz de propuestas y plataformas de gobierno fundamentadas en datos, estudios, información concreta, por lo general es una decisión que tomamos bajo el sentido de la emoción y no necesariamente con la razón.

Por eso puede parecer que las y los políticos nunca son coherentes y tienden a defraudarnos tarde o temprano.

Sin embargo, somos una sociedad que espera mucho de sus representantes, pero les exige poco, se involucra menos, aunque vive consciente de cada uno de los problemas que afectan su vida cotidiana.

Ahora estamos en un cambio de época que nos demanda ser otro tipo de ciudadano, más participativo e involucrado en el día a día del edificio, la calle, la colonia y hasta la alcaldía. No hace mucha diferencia donde vivas, necesitamos hacer mucho más para salir de este círculo vicioso donde no encontramos satisfacción en la mayoría de las acciones de la autoridad.

Todos conocemos un área que podría reforestarse, desde una jardinera que hoy en un basurero, hasta un parque público deteriorado; también tenemos identificados los baches, las banquetas y cada falla de infraestructura que podríamos “adoptar” y reportar hasta que la arreglen, pocas medidas son tan eficientes como la presión de los vecinos.

No obstante, la ejercemos ya cuando es muy tarde o se busca cualquier solución de emergencia. Olvidar que los cambios nacen y se consolidan desde la ciudadanía, hace que perdamos el poder civil que tenemos cuando nos organizamos bien. Como en cualquier actividad humana, las cosas cambian hasta que empezamos a cambiar nosotros.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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