Urge una reforma integral profunda y realista a las pensiones

Los programas federales de pensión para adultos mayores existen desde 2007. En el 2013 se redujo la edad mínima para recibir este apoyo de 70 a 65 años. La administración actual subió de nuevo la edad mínima para obtener este beneficio a los 68 años.

Estas son las pensiones que otorga el gobierno federal a aquellas personas que alcanzaron esa edad y no cuentan con otra pensión, ya sea pública o privada. El debate que se suscitó estos últimos días no se refiere a estas pensiones. Lo que fue planteado como una opción por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público fue aumentar la edad de jubilación bajo el esquema contributivo.

Este es el sistema mediante el cual, los trabajadores formales del sector privado, sus patrones y el gobierno, realizan un ahorro mensual del 6.5% del salario base de cotización (SBC) y en el caso de los trabajadores del sector público el ahorro asciende a 11.3% del SBC en una Administradora de Fondos para el Retiro (AFORE), que es regulada por el gobierno.

Este esquema permitió que el país no quebrara pagando pensiones cuando en 1970 había 26 trabajadores en activo por cada pensionado y hoy la proporción es 2 a 1. No obstante la viabilidad financiera de este sistema (adoptado prácticamente en todo el mundo), hay tres condiciones estructurales que limitan su funcionamiento y deben corregirse: 1) la contribución es muy baja (por ejemplo en Alemania es de 19.5% y en Japón es de 18%); 2) la gran mayoría de los trabajadores en nuestro país cotizan de manera intermitente y no permanente durante toda su vida laboral por lo que además de bajas, las contribuciones (el ahorro) no son constantes y 3) ahora vivimos más años y la pensión que antes tenía que alcanzar para vivir 15 años, ahora debe alcanzar para 20 o 30. Es decir, los números no cuadran.

Cambiar la edad de retiro podría aliviar pero no resolverá el problema. Cualquiera de las opciones que se presenten tendrán costos y podrían no gustar a los trabajadores, patrones o gobierno. Más que parches, lo que necesitamos es una reforma integral, profunda y realista. Mientras más pronto, mejor.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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