Culiacán, síntoma de un Estado Fallido

Después de un año, los números no mienten: Según cifras oficiales, en el primer semestre del 2019, se cometieron 14 mil 603 homicidios dolosos, así como 448 feminicidios, por lo que en total se cometieron 15 mil 51 asesinatos en los primeros seis meses del año.

No, está realidad del país no es un asunto nuevo, pero está en incremento. Entonces, lo qué pasó en Culiacán -aunque puede verse como una acertada reacción ante la crisis- es en realidad un síntoma del Estado fallido que creíamos como fantasma, pero que es una realidad a la que debemos encarar.

El error grave de la mala implementación de un operativo, sumado a la confusión y la falta de explicación clara de las autoridades -ademas de desfasada, es decir, cuatro horas después de las balaceras constantes-, así como la respuesta trillada de echarle la culpa al pasado, a los conservadores o a los adversarios, son muestra de que además de la “herencia” que tenemos, hace falta mayor capacidad institucional que permita la eficacia para garantizar la seguridad de las ciudades.

Porque lo de Culiacán sólo es una gota derrama vasos, lo cierto es que, aunque no en esa estridente visibilidad, hoy las y los mexicanos en cualquier parte del país no se sienten seguros. Otra vez, ante cualquier duda, no sólo están los datos duros, sino las experiencias que se acumulan a manera de denuncias públicas en cada caso no resuelto por delitos del fuero común o federales.

El llamado del Presidente no solamente debe ser a la unidad de quienes, obviamente, queremos e incluso hacemos la paz desde nuestras comunidades, sino también a la coordinación y autoridades de las instituciones encargadas de la seguridad del país. Porque al parecer, ya les tomaron la medida del chantaje. Eso es evidente. Ciego el que no lo quiera ver.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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