Lo bueno de la votación de esa madrugada es la expectativa de mayor recaudación que se estima a través de las facultades otorgadas al Servicio de Administración Tributaria (SAT) para firmar acuerdos que le permitan una mayor retención de Impuesto Sobre la Renta (ISR) e Impuesto al Valor Agregado (IVA) sobre actividades en las que no se refleja la eficacia tributaria.
En total, se estima para el siguiente año, una recaudación de poco más de tres billones y medio de pesos con un endeudamiento interno de 532mil 266 millones de pesos y un endeudamiento externo de hasta 5mil 300 millones de dólares.
La corrección al dictamen proveniente de la Cámara de diputados se dio en algunos apartados. La primera en Derechos por el Uso, Goce, Aprovechamiento o Explotación de Bienes de Dominio Público relativo a la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales.
La Cámara baja estimó un ingreso de 12 mil 361 millones 900 mil pesos que el Senado recortó a 11 mil 776 millones 900 mil pesos al detectar y cancelar un incremento a los derechos para el agua destinada al uso agrícola por considerarlo un sector sensible y vulnerable en el país. Dicha corrección representó una disminución de 585 millones de pesos en ingresos para la federación.
La segunda diferencia se reflejó en el rubro de Aprovechamientos, en la sección “varios”. La variación previamente mencionada se traduce en una mejora real de 4 mil 415 millones de pesos. Igualmente, el Senado eliminó el décimo quinto transitorio para impedir la regularización de los denominados “autos chocolate” e impedir así una fuga de autos fuera de forma de Estados Unidos hacia el territorio nacional y así evitar un crecimiento de parque vehicular contaminante. La Cámara de Senadores también votó para disminuir el derecho de no residente (DNR) a los extranjeros que visitan México en relación a lo planteado por la Cámara de Diputados, de 885 pesos a 558.26 pesos.
Lo malo y que sigue siendo una deuda grave y pendiente es la decisión de la mayoría de los legisladores de no atender, un año más, a las iniciativas y recomendaciones que buscan incentivar fiscalmente las prácticas ambientales que conduzcan a alcanzar los objetivos establecidos en el Acuerdo de París sobre el cambio climático que establece medidas para la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.
Una vez más, las prácticas fiscales ignoran todas las propuestas sobre esta agenda de carácter urgente y desestiman la gravedad del cambio climático a nivel global, ignorando el éxito de países de la región como Chile y Colombia y rezagando a México en el camino de ser un país “verde” e innovador en la materia.