Opinión

Liberando el estrés en 9 pasos

Sin duda, uno de los males de nuestro tiempo, es ese estado de cansancio mental y físico, incluso emocional causado por las exigencias de la vida, llamado estrés. De manera muy general, está probado que el estrés contribuye a que las enfermedades se agraven y a que vayamos en picada en una situación de malestar.

Por eso es muy importante que usted aprenda a manejar y liberar lo más posible las causas del estrés.

Primero: agradezca todo lo bueno que posee cuantas veces sea necesario. Esto debe incluir agradecer por cada parte de su cuerpo que sí funciona; si puede, dese una vuelta por un hospital, por un centro de rehabilitación y al final, por un panteón: compare sus grandes privilegios.

Segundo: caiga en cuenta de qué situaciones no son tan importantes, esas en las que es su aferrado punto de vista lo que le causa tanta tensión; recuerde que muchos de los problemas que carga son porque no está dispuesto a ver las cosas de otra manera, o a ponerse en los zapatos ajenos, o tal vez es usted quien genere más conflicto del necesario y sea quien ponga a otros en problemas.

Tercero: aprenda a respirar; sea consciente del momento mismo de estar respirando, siempre, entre cada decisión, movimiento, acción que realice, aprenda a respirar profunda y pausadamente, oxigénese, y sentirá cómo en un instante, liberará muchísima tensión de su cuerpo y verá las cosas con más claridad.

Cuarto: sea comprensivo con todo, porque aunque usted no lo crea, entender las razones profundas de las situaciones, libera muchísimo estrés. Amplíe su perspectiva imaginando que es capaz de ver desde un punto muy alto y periférico.

Quinto: quítese los zapatos y pise la tierra limpia, el pasto, la hierba fresca, la arena o cualquier suelo natural. Esto es como un drenaje automático de toda la energía acumulada.

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Sexto: prepárese un balde de agua caliente con sal, ponga unas gotas de eucalipto o menta, y sumerja los pies; relájese y piense: así como esta agua está en calma, todo se calmará y estará bien.

Séptimo: si no tiene tiempo de hacer ejercicio, tómese al menos cinco minutos cada tercer día, y recuéstese sobre el piso volteando hacia el cielo, ponga manos y pies mirando hacia el cielo como si con su cuerpo formara la letra “U”, dele play a su canción favorita, de preferencia una que le cause alegría, emoción, que le haga pensar en sus sueños, que le haga visualizarse radiante, feliz y saludable, sacuda sus piernas y sus brazos con mucha energía, e intencione que con cada agitación, se caen las piedras que está cargando, que su cuerpo se aligera y que su mente se limpia, ¡en realidad funciona!

Octavo: beba mucha agua, pero de preferencia agua que deje reposar al menos unas horas, agua calma, agua quieta, agua a la que puede ponerle alguna flor o tizana que la cargue de energía positiva, recuerde que el cuerpo se nutre y se limpia con agua.

Noveno: salga al sol, al menos 10 minutos al día, en la mañana o por la tarde, déjese bañar por los rayos del sol, imaginando cómo una cascada dorada inunda todo su cuerpo desde la coronilla hasta los pies, y le renergiza con vitalidad y pureza.

Siéntase uno con la fuerza de la vida, y recargue sus baterías con la convicción de que esto o aquello que le cause tanto estrés, puede equilibrarse en cualquier momento con el poder de su intención consciente. 

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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