Opinión

Recibiendo una década con amor, paz y luz 

“En el principio era la palabra, y la palabra era con Dios, y la palabra era Dios…” Es una revelación conocida por muchos.  A lo largo de la historia todas las tradiciones espirituales y religiosas han hablado del poder de las oraciones y los cantos sagrados. Incluso las mentes más brillantes han hecho alusión a la música como parte fundamental del sentido de la vida. Y lo es.

Los descubrimientos actuales sobre Cimática han demostrado que las vibraciones de los sonidos crean formas específicas en la materia. El entendimiento de que el mundo físico está compuesto 99.99% de vacío refuerza la noción de que lo que concebimos como realidad está compuesto de energía traducida en átomos y moléculas en constante movimiento.

El sonido es la llave que puede entrar en las capas más profundas de la materia antes de que ser manifestada e incluso establecer una conexión directa con el alma ¿quién no se estremece o se conmueve con la música que toca su corazón? La música sagrada, es decir, la música que genera vibraciones de frecuencias elevadas, es capaz de restablecer el equilibrio de lo que está fuera de la armonía natural hasta el nivel subatómico.

Incluso, nosotros emitimos vibraciones que pueden traducirse en música, cada uno somos una canción universal. En la medida que conocemos el poder de la palabra y de sus vibraciones, podemos conocer también sus efectos. Las palabras pueden construir o destruir con todo su poder. El efecto de decir algo que exalta las cualidades de una persona es muy palpable: podemos ver el #EfectoPositivo que se genera en ella, su gratitud e incluso su mejoría.

Así de grande es la contundencia de lo que decimos. Es tiempo de ser conscientes de que somos seres poseedores de este regalo para sanar al mundo comenzando con las palabras expresadas en cada minuto del diario acontecer, haciéndonos conscientes de lo que vamos hilvanando con eso que decimos todos los días, y lo que se va logrando con la práctica de palabras elevadas que traigan luz, paz y amor a nuestras vidas y a las vidas de todos a nuestro alrededor.

A decir del Dr. Joseph Michael Levry “Generamos vibraciones sanadoras de amor, paz y luz que se expanden a todo el mundo.” 

La fuerza de hacer este tipo de trabajo unidos es muy grande, pues al crear una atmósfera de sanación y gratitud que, entre otras cosas, libera el estrés, limpia la mente de contaminación, y sintoniza al cuerpo físico y emocional con el ritmo del Universo, el efecto es multiplicado a nuestras familias, seres queridos, a nuestro entorno y a todo el planeta, para transformar y ser responsables de nuestra realidad.

Si usted quiere cambiar su vida, tiene que cambiar la historia de palabras que cuenta de sí mismo y los pensamientos de donde provienen.

Es a través de la conciencia en la respiración y de la atención e intención del corazón que somos capaces de movernos a las acciones y decisiones de una versión más elevada y dichosa de nosotros mismos.

Este domingo 24 de noviembre a las 10.30 hrs. estaremos reunidos para agradecer por el cierre de una década y el inicio de otra, dedicando el tiempo y el espacio a la paz interior con la práctica de la ancestral Yoga, que es una de las maneras más efectivas de generar enormes oleadas de salud que eleven nuestra frecuencia celular y abran las puertas a cualquier milagro que podamos estar pidiendo y necesitando. ¡Ahí nos vemos!    

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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