El Presupuesto de Egresos de la Federación es el instrumento para financiar el gasto público, pero también para que el país cubra un conjunto de compromisos y requerimientos que se van contrayendo a lo largo de muchos años y que implica un largo plazo para que se liquiden esas obligaciones.
En ese sentido, alrededor del 80 por ciento de los recursos autorizados por los diputados son inamovibles y el otro 20 por ciento es posible destinarlos a los programas gubernamentales. Para el año 2020 el país contará con un presupuesto de más de 6,100 millones de pesos, apenas 1 por ciento real mayor que el del año anterior.
No obstante, se trata de un presupuesto equilibrado que está orientado, en primer lugar, a atender las necesidades sociales más importantes, como son los adultos mayores, el apoyo a las familias, en particular a las mujeres trabajadoras para el cuidado de sus hijos, lo mismo que a los jóvenes que requieren el respaldo del Estado para salir adelante. En el presupuesto para el año entrante se privilegió a las personas con mayores carencias.
De igual forma se destinan recursos para el campo y para el desarrollo de infraestructura en todo el país, así como el rescate de nuestra industria energética a través del fortalecimiento de las inversiones de PEMEX y CFE.
El gasto del próximo año será más racional que en otras épocas. Los gastos gubernamentales del Ejecutivo, Legislativo y Judicial, así como de los órganos constitucionales autónomos como el INE, la CNDH, el INAI y otros estarán sujetos a una mayor disciplina y todos estarán obligados a hacer más con menos. Por eso, es congruente con la política de austeridad que emprendimos desde el año anterior y se mantiene el compromiso de acabar con los excesos y los dispendios que con toda razón reclama la población.
El Presupuesto 2020 como herramienta de la política económica servirá para atender las necesidades sociales y de infraestructura, al tiempo de impulsar el desarrollo nacional.