Vida cibernética 

Empieza otro año y tenemos nuestras redes sociales inundadas de información personal que compartimos sin mucho cuidado. Desde las vacaciones que seguimos disfrutando (algunos, no todos), hasta días en que estaremos ausentes o asuntos pendientes de trabajo que mezclamos con las fotografías de la cena de año nuevo.

Nada malo con compartir momentos, lugares y sentimientos, lo que sí representa un riesgo es hacerlo sin algunas medidas básicas de seguridad para prevenir momentos desagradables, porque en plena temporada de ofertas, los delincuentes estarán presentes en el inevitable mundo electrónico al que vamos acceder rápidamente en los próximos años.

Tomemos como ejemplo el caso de una pareja (una banda, es probable) que roba carteras en una cafetería y que, en minutos, cargó 70 mil pesos en mercancía a la tarjeta de crédito de su víctima. Gracias a que la afectada contó con la colaboración del establecimiento y recibió las alertas de las compras en su teléfono celular, pudo ubicar y lograr que la policía detuviera a uno de los presuntos responsables, una mujer que iba con otro cómplice, de acuerdo con los videos de las tiendas departamentales donde cometieron el fraude.

Sin embargo, es importante insistir en que los delincuentes son todo lo malo que queramos, pero no son tontos; este es su negocio y lo tienen bien estudiado. Si bien la ladrona aprehendida llegó ante un juez, éste la dejó en libertad porque sólo se pudo comprobar que tenía la tarjeta de crédito robada, pero no hizo las compras, lo que no es un delito grave en la Ciudad de México. Es decir, fue el otro delincuente, quien sabiendo esta “laguna” jurídica, el que hizo los cargos.

Más allá de la indignación justificada de quienes nos enteramos del caso por las noticias y las redes sociales, la realidad es que las rutinas de los criminales no son espontáneas y cada temporada de año permite la aparición de ciertos delitos, gracias a que nosotros nos descuidamos o no hemos desarrollado una auténtica cultura de la prevención.

Esos descuidos son fáciles de trasladar al ciberespacio y abrir un mundo de posibilidades para aquellos que, poco a poco, irán trasladando sus operaciones delictivas a donde se encuentre nuestro dinero y, si nos guiamos por todos los análisis financieros que existen, ése será el espacio de las compras por internet.

No sé qué tan bien preparadas estén las autoridades judiciales para procesar delitos que tendrán una mezcla de modus operandi “tradicionales” y tecnológicos, en donde los criminales usarán cualquier recurso a la mano para suplantar, clonar, modificar y hasta transferir información de manera instantánea para robar datos y contraseñas que les permitan acceder a nuestras cuentas y servicios por la red.

Y ya no es un tema del futuro o del debate sobre si se acaba una década, es lo que vivimos en este momento y debemos saber cómo enfrentarlo, porque no son los delitos del mañana, sino los de hoy. Mientras tanto, ¿hace cuánto que no revisas la seguridad de tu vida cibernética? Feliz 2020.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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