No a la guerra y sí a la paz

Todo comenzó cuando el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, autorizó asesinar al principal comandante Iraní, Qassem Soleimani, bajo el argumento de que tenía información de inteligencia de un inminente ataque a cuatro embajadas norteamericanas instaladas en medio oriente. Ante este acontecimiento, el país Iraní respondió con un ataque en Teherán a bases militares en Irak, donde hay tropas estadunidenses.

Al respecto, el presidente de la República licenciado Andrés Manuel López Obrador la semana pasada se pronunció en el sentido de que México mantiene una postura neutral ante el conflicto entre Estados Unidos e Irán, de conformidad con los principios de “no intervención” (respeto a la decisión que toman las naciones) y “autodeterminación de los Pueblos”.

Sin embargo, hizo un llamado de “no a la guerra y sí a la paz” con la finalidad de que las diferencias existentes se resuelvan mediante el diálogo y no a través de una confrontación armada: “Tenemos que procurar que haya diálogo, que se busque un entendimiento, que no se recurra al uso de la fuerza, no a la guerra y esa es la postura de nuestro país”.

Ahora bien, al tener nuestro país una postura “neutral” expresa, NO debería de existir alguna consecuencia directa en aspectos de la vida económica, política y social de México, provocada por el conflicto entre Estados Unidos e Irán. No obstante, es importante que el estado Mexicano tome sus precauciones y tenga alguna estrategia que permita, en su caso, enfrentar dicha circunstancia.

En la parte política, segura estoy que nadie queremos que exista una confrontación armada entre los países que nos ocupan, y en ningún otro, puesto que, de una u otra forma, aun de manera indirecta, dicha realidad no es benéfica para ninguna nación, de ahí que hago votos para que este conflicto se resuelva por la vía pacífica.