Nadie puede sorprenderse, durante la campaña presidencial de 2018, López Obrador jamás se posicionó sobre el tema de mujeres; en redes sociales circula un video donde un periodista le pregunta “¿es usted feminista?” a lo que contesta “soy respetuoso de las mujeres”, ante la insistencia del entrevistador, el hoy presidente responde “las mujeres merecen ir al cielo”. Esa frase lo retrata de cuerpo entero.
Desde el inicio de su gobierno, la llamada 4T no ha implementado políticas reales para empoderar a las mujeres, sino que ha dinamitado sus derechos cancelando o dejando sin presupuesto programas cruciales para su desarrollo personal. Tan no es prioridad el tema que, en las 64 hojas del Plan Nacional de Desarrollo, la versión escrita por López Obrador, solamente menciona a las mujeres en siete ocasiones y en ninguna aborda una política de Estado para su protección.
Los hechos hablan por sí solos: la cancelación de las estancias infantiles que ponen en riesgo el trabajo de más de 300 mil mujeres, la desaparición de los refugios para mujeres agredidas y la cancelación de la atención gratuita otorgada por la Fundación de Cáncer de Mama (FUCAM) pone en riesgo la vida de 22 mil mujeres que recibían sus tratamientos y que ahora, tendrán que pagar por ellos.
Cabe destacar que las mujeres no pertenecemos a un grupo vulnerable en sí mismo, porque tenemos una presencia importante en la economía y sociedad de nuestro país: de los 125 millones de mexicanos el 51% somos mujeres; representamos el 52% del padrón electoral; ocupamos el 49.3% de los pupitres en las universidades; somos el 49.3% de los trabajadores; y somos Jefas de Familia en el 28.5% de los hogares.
Sin embargo, nos volvemos susceptibles cuando la violencia es real y la impunidad protege a los agresores. Las cifras son desgarradoras: 47% de las mujeres han sufrido algún tipo de violencia y el 25% de las niñas son abusadas sexualmente antes de cumplir 18 años. Pero en los últimos años los feminicidios se han incrementado ya que entre 2015 y 2018 registraron un aumento del 57% sumando un total de 12,378 víctimas.
La convocatoria al paro nacional de mujeres el próximo nueve de marzo bajo el lema #UnDíaSinMujeres que colectivos a favor de la mujer han impulsado para visibilizar la gravedad de la crisis de feminicidios que vive nuestro país tiene sus orígenes en otros movimientos en el mundo. En 1975, las mujeres de Islandia decidieron no hacer sus labores diarias para salir a las calles y exigir igualdad; en 2016, mujeres de Argentina y Polonia hicieron lo mismo para manifestarse.
Sin embargo, la respuesta desde el gobierno federal nuevamente es la paranoia y la victimización. López Obrador acusa a los “conservadores”, como ha denominado a quienes no aplauden sus acciones, de estar detrás de esta iniciativa y ha acusado un intento por desestabilizar su gobierno. A tal grado ha llegado el fanatismo de sus aplaudidores que propusieron una campaña de #NoAlParoNacional con un claro llamado a apoyar al presidente y darle la espalda a la causa de las mujeres.
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Se equivocan quienes señalan que en Acción Nacional no nos hemos preocupado por las mujeres pues le damos a la promoción política de la mujer un lugar prioritario desde 1939, fuimos el primer partido en crear un protocolo de atención a la violencia política para mujeres militantes, hemos impulsado iniciativas contra el acoso laboral, a favor del acceso igualitario a la justicia, para sancionar a quienes nieguen los servicios de salud a mujeres en trabajo de parto, para que las mujeres ocupen la mitad de los espacios en el Congreso y en el gobierno.
La 4T ha dejado claro que está más ocupada en cuidar la imagen presidencial que en atender las necesidades urgentes de las mexicanas, por ello siguen asesinando todos los días a diez mujeres y el presidente solo saca un “decálogo” lleno de ocurrencias y sin planes de acción concretos. El activismo en pro de las mujeres no es un tema de ideologías o de partidos, sino de ejercicio de los derechos humanos en el que todas y todos debemos involucrarnos antes de que se agrave aún más. Al tiempo…