En tiempos de crisis, hay que enfocarse en cómo acompañar las decisiones del Gobierno Federal. No obstante, considero que si no hay una ruta estratégica en tales, la labor legislativa corre el riesgo de quedarse “corta” en propuestas. Porque, además, en contrarreloj, a veces como diría mi abuela: “mucho ayuda el que no estorba”.
Así que podemos quedarnos con los temas fundamentales. Aprovechando, además, que se tiene una Comisión dedicada una y exclusivamente a la respuesta legislativa del COVID19.
Después de tener más preguntas que respuestas en el informe de tres meses del Presidente y un insuficiente anuncio de Plan Económico, lo fundamental será echar mano de una propuesta propia y desatorar todo aquello que sea obstáculo para que eso sea posible (por aquello de que las leyes a veces son más un “muro” que un “puente”).
De hecho, en la Comisión de Economía nos reuniremos virtualmente para trabajar este tema. Si los médicos recomiendan que estemos en casa, necesitamos medidas económicas para que eso sea realmente posible. De otra forma, incrementamos el riesgo no sólo de contagio del coronavirus, sino de paralizar a la economía. Lo que menos necesitamos en tiempos de recesión global es “echarle más leña al fuego”.
También hay otro tema indispensable sobre recursos humanos y materiales con las que cuenta el sistema de salud pública: ventiladores, camas, kits de pruebas, cubrebocas y un sinfín de más cosas necesarias, ¿cuentan con herramientas jurídicas para que estos insumos estén disponibles sin “peros” legales que obstaculicen su pronto implementación? Habrá que pensar en eso.
Son tiempos críticos pero debemos redoblar los esfuerzos para que el trabajo legislativo tenga visión, esto que tanto falta para reaccionar rápido, pero siempre pensando en las consecuencias de futuro.