Proteger a niñas y niños

Así fuese uno solo, no podemos permitirlo. En semanas recientes, a partir de esta cuarentena que vivimos por el coronavirus, casos de violencia en contra de niñas y niños han aumentado un 20 por ciento, en promedio, en el país. Una situación que, conforme avance el encierro, podría crecer.

Por eso, necesitamos actuar rápido como sociedad y ayudar a quien lo necesite, es tan fácil como llamar al 5511-8575-55, la línea de Confianza e Impulso Ciudadano A.C. para recibir apoyo inmediato de parte de un profesional en atención emocional, psicológica y legal.

Dejar que los casos de violencia familiar, en especial los dirigidos en contra de niñas y niños, solo empeorará la situación de por sí complicada por la contingencia. Es muy importante que, todas y todos, evitemos hábitos nocivos que nada más se van a fortalecer durante el aislamiento social.

La violencia familiar no es normal, no está bien y no se dispara por el coronavirus; es un proceso que lleva tiempo y que se agudiza porque ahora pasamos la mayor parte del día conviviendo en entornos que no eran, ni son ahora, sanos para quienes ya sufrían episodios de agresión.

También el 911 y el DIF Nacional y los estatales, bajo la conducción del Sistema Nacional de Protección Integral de Niñas, Niños y Adolescentes (#SIPINNA), cuentan con todas las herramientas para ayudar en este tipo de casos y en cualquier otro.

En este momento, estamos construyendo una red de atención que permitirá en el país una reacción rápida y eficaz para ayudar a menores de edad y adolescentes en riesgo, pero la tarea ciudadana es prevenir, reportar y ayudar con la denuncia.

Proteger la salud emocional y la salud física de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad es indispensable si queremos salir bien de esta crisis sanitaria. Lo que necesitamos en este momento son espacios de cordialidad y de respeto, no lo contrario.

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De todas y todos nosotros depende que los posibles casos de abuso y de violencia tengan visibilidad y no puedan pasar como una consecuencia de la pandemia más complicada por la que hemos atravesado en fechas recientes. No tiene nada que ver con el coronavirus, la violencia ya estaba y este aumento en casos de agresión a menores de edad solo empeora por las inéditas circunstancias en las que nos encontramos.

Quedarnos en casa debe ayudarnos a mantener la salud, a no contagiarnos y a no contagiar a nadie, y también para estar en el mejor entorno para fortalecer las relaciones que deberían contar más en nuestras vidas: las de familia.

Si esta pandemia saca o incrementa las diferencias y los desacuerdos, es hora de dialogar y pensar claramente si estamos en las relaciones correctas para vivir bien y felices. Si no es así, la violencia nunca es la manera de resolverlo.

Si ves o sabes de algún caso, seamos corresponsables y ayudemos, prevengamos y denunciemos por cualquier medio posible y a la mano. Ocupémonos en apoyar a otros, mientras podemos regresar a una nueva normalidad.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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