Hay un ejercicio del Dr. Deepak Chopra que siempre resulta de utilidad cuando se trata de resolver fricciones con otras personas.
En estos momentos inéditos, en donde los seres humanos estamos invitados a mantenernos en casa y literalmente hacer un alto para ir al interior no sólo de nuestro núcleo más allegado, sino del propio Ser, muy seguramente estamos viviendo momentos de profunda comunicación, como hace mucho no los teníamos o nunca antes, pero por supuesto que también de roces y enfrentamientos con aquellos sentimientos que traíamos atorados.
Lo más importante es que nos lo tomemos con calma, pero también con mucha eficacia para sacar lo mejor de toda esta experiencia.
Aquí algunas recomendaciones:
1. Haga una lista de todas las virtudes que considere que usted tiene; sea generoso y déjese ir: escriba todo eso que hace mucho no reconocía en usted.
2. Revise su lista y traiga a su mente las escenas en donde usted se vio ejerciendo estas virtudes, siéntalas vibrando en su emoción como si las estuviera viviendo de nuevo.
3. A un lado de su lista, haga otra pero ahora con todos los opuestos, porque recuerde que, al vivir en un mundo dual, siempre de los siempres, tenemos un lado B.
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4. Sea honesto, recuerde que el ejercicio es para usted y para su crecimiento.
5. Ahora evoque todos los momentos en donde usted se convirtió en el monstruo de todos esos defectos y vívala también.
6. Compare ambas listas y dígase algo como: soy una persona generosa y bondadosa y lo he sido porque… y después, en un acto muy sincero: pero también he sido mezquino y envidioso cuando…
7. Finalmente reflexione sobre cuál es el concepto de sí mismo que tenía antes de hacer este ejercicio, y cómo se ha enriquecido después de ver sus múltiples contrastes.
8. Este paso es opcional, pero si decide seguirlo, completará de manera perfecta el ejercicio: acérquese con los suyos, con aquellos que más quiere y, sobre todo, con aquellos con quienes tiene más fricciones, más heridas abiertas, más alejamiento por los enjuciamientos mutuos, y dígales con el corazón en la mano:
“Reconozco que todo lo que tanto he criticado en ti, también lo tengo yo, y a veces hasta mucho más que tú, por eso me molesta tanto, porque al verlo en ti, me lo recordabas, pero no podía reconocerlo; por favor perdona que no lo haya reconocido, sencillamente no lo veía, y por eso te enjuicié tanto; por favor perdona si por esto te lastimé y puse una distancia innecesaria entre tú y yo”.
Cuando nos atravemos a salir de la burbuja emocional que nos mantiene tan distantes de quienes más amamos, podemos dar un salto cuántico en nuestras relaciones.
Es también muy eficaz para hacerlo con respecto a nuestros colaboradores en el trabajo, y en general, pues normalmente tenemos una idea incompleta de todo lo que podemos ser, para bien o para mal, y reconocerlo sin juicios, permite que tengamos mucha más conciencia para elegir nuestros actos o para dejar de crearnos un infierno mental que sólo nos sirve para la infelicidad.
Ahora más que nunca, para estar sanos, tener un sistema inmune fuerte y saber dar respuestas efectivas individual y colectivamente, tenemos que limpiar aquello que nos es innecesario.