La Ley ya establece mecanismos para modificar el presupuesto de acuerdo a una emergencia. Lo que se propone en esta versión del Ejecutivo es anticonstitucional, principalmente, porque vulnera el principio de división de poderes. Aunque, aparentemente, lo que mueve es la urgencia del tiempo por la crisis, la realidad técnica es que es innecesaria y, sobre todo, sin diálogo previo ni acuerdos necesarios, se presta a pensar en una imposición sobre el Poder Legislativo, que no sobra decir es soberano.
Es importante aclarar que Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria sustenta la posibilidad de modificaciones al PEF ante el caso de que disminuyan los ingresos fiscales. Esta acción, entonces, promueve acciones desde el Ejecutivo que no contemplan otras alternativas más que las que le son convenientes al mismo, cómo por ejemplo, cortar todos los gastos gubernamentales excepto los programas que promueve el Presidente y que, aunque benefician a la población más vulnerable, tal pareciera que no contempla a más sectores que a los que pertenecen a su electorado.
Estamos convencidos que en momentos de alta tensión económica debemos enfocarnos en hacer de la política una herramienta para crear consensos, pero ante una decisión que tampoco contempla la transparencia y rendición de cuentas de los recursos, no se puede dar “un cheque en blanco”.
Por eso mismo, los 13 legisladores de oposición que fueron designados integrantes de la Comisión Permanente han declarado abiertamente su rechazo a la propuesta. No sólo por lo que he explicado, sino porque lo que debería estar discutiendo el Congreso es lo que le interesa a la ciudadanía: su economía y su salud, no estarle otorgando más facultades (de las que ya tiene y ha tenido cualquier Presidente) al Poder Ejecutivo.
La apuesta debe ser el consenso plural por lograr un Acuerdo Nacional que abarque todos los sectores porque el país se está quebrando. Lo que menos necesitamos es a una sola persona decidiendo el “futuro” de todos. Debemos apelar a que tenemos la madurez democrática suficiente para elevar el nivel de discusión y decisiones. El antídoto más importante ante la pandemia es la solidaridad, dice el Director General de la Organización Mundial de la Salud, el Dr. Tedros. Si es así, entonces, más nos valdría no estar decidiendo por capricho personal, respetando el Estado de Derecho, independientemente del cargo que estemos.