Opinión

Creemos prosperidad

Es tiempo de frotarnos las manos, sacar la varita mágica y prepararnos para crear y recrear abundancia y prosperidad de todo lo bueno y lo magnificente que la vida tiene para ofrecernos. La naturaleza nos muestra por todas partes que la vida es riqueza, provisión y generación a cada instante de todo lo bello, lo bueno, y lo nutritivo, reflejado en toda manifestación de la Tierra.

El poder del flujo de la vida tiene la característica de ser incesante: siempre está dando. ¡Y es justo así como debemos ordenar nuestra conciencia! Si usted deja de dar, entonces también deja de recibir. Abrir la llave de todo lo que queremos que llegue a nuestras manos reside, principalmente, en que usted se convierta en eso que quiere.

La vida utiliza el vacío únicamente para que quede un espacio por el cual todo pueda fluir, pero nunca como concepto de que algo falta, de que hay carencia o insuficiencia. ¡Creámoslo! Porque así lo demuestran todos los días los elementos de la naturaleza. La escasez o la pobreza, en lo más profundo, es primordialmente un estado de conciencia, ¡así que es completamente posible cambiarlo!

Podemos comenzar con pequeños ejercicios en donde nos cachemos aplaudiendo, empoderando o exaltando la carencia de todo lo bueno, e inmediatamente declarar lo opuesto. Por ejemplo, si usted constantemente dice: no hay, no me alcanza, no puedo tenerlo, es demasiado, decrete en su lugar algo como: mi conciencia de abundancia está puesta en Dios, la Divinidad o en el poder supremo, hay suficiente para todos, la naturaleza es riqueza y provisión, etc.

Cuando esté atravesando por una situación económica complicada, intente soltar la preocupación y eleve su estado de ánimo haciendo un inventario de todo lo que le ha sido provisto para vivir hoy, comenzando por despertar y respirar. Sea siempre una persona agradecida, recuerde que cuando agradecemos estamos cristalizando lo que queremos recibir.

Sea eso que desea, es decir, comparta las virtudes que desea para sí, porque de esta manera las está multiplicando. Confíe en las matemáticas de la inteligencia suprema que nunca se equivoca, y tenga siempre en mente que si usted da, este poder magnánimo se encargará de equilibrar su balanza dándole incluso un poco más, para que usted sea capaz de seguir dando.

Y por lo que más quiera, siga la regla de oro: jamás de los jamases le robe, obstaculice o perturbe la abundancia y la provisión a nadie, pues quien cava una tumba, cava dos. No es Dios quien nos quiere ver carentes, pobres o impedidos, sino nosotros los que labramos realidades de acuerdo a las elecciones de nuestro nivel de conciencia, y saber eso, trae a nuestras manos de nuevo el poder para crear desde el flujo natural de abundancia.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

Tags

Lo Último

Te recomendamos