Mentir sobre sus bienes en la declaración patrimonial es, a leguas, una falta grave de los servidores públicos hacia sus responsabilidades, mismas que adquieren cuando toman un cargo público.
Y enturbiar dicho compromiso invoca una razón suficiente para poner en duda sus relaciones de conflicto de interés y el cumplimiento a sus obligaciones, quebrando lo establecido en la ley.
Dentro del artículo 32 de la Ley General de Responsabilidades Administrativas (LGRA) se establece, con total claridad, que todos los servidores públicos se encuentran obligados a presentar declaraciones de situación patrimonial y de intereses, bajo protesta de decir verdad y ante las Secretarías o su respectivo Órgano Interno de Control.
Justo ahí radica la veta de la denuncia que presenté esta semana ante la Secretaría de la Función Pública (SFP) contra su titular Irma Eréndira Sandoval, pues el 19 de junio una investigación periodística reveló la omisión de varios inmuebles de la secretaria, valuados en más de 60 millones de pesos.
Esta mentira sobre los bienes de la secretaria Sandoval tiene consecuencias que, en primera instancia, serán evaluadas en una investigación profunda, mientras es separada de su cargo temporalmente, así debiera ser pero ya lo veremos en las próximas semanas. De no actuar de esta manera, la SFP estaría burlándose de la ley y de todas y todos los mexicanos.
PUBLICIDAD
Lo anterior está claramente establecido en el artículo 37 de la LGRA que determina que cuando no sea explicable el incremento del patrimonio de un servidor público, en relación a sus remuneraciones, deberá realizarse la investigación procedente para aclarar dicho enriquecimiento.
Este gobierno ha señalado muchas veces estar contra del enriquecimiento ilícito y aquí tiene una oportunidad para ser congruente. Además que se abre la oportunidad para aclarar cómo es que un investigador de la UNAM, con un sueldo de investigador puede comprar una casa cada dos años, cuando el salario es de aproximadamente 30 mil pesos mensuales, como es el caso del esposo de la actual titular de la SFP.
Urge conocer el origen de ese dinero, dado que en caso de no proceder ilícitamente, significaría que Irma Eréndira Sandoval mintió al Servicio de Administración Tributaria (SAT) en los años posteriores. Ya que, las propiedades con que cuenta fueran compradas al contado y en colonias residenciales con alta plusvalía. Se debe llegar a la verdad en este caso para efecto de combatir la corrupción.