Opinión

El nuevo hermano incómodo

Muchos dichos quedarían para esta historia de la vida real, como “más pronto cae un hablador que un cojo», “en el camino andamos y arrieros somos” o “cría cuervos y te sacaran los ojos”. La historia de Pío López Obrador es el claro ejemplo de que la corrupción está en todos lados, también en Morena.

El presidente Andrés Manuel López Obrador ha repetido hasta el cansancio que la corrupción es el lastre más grande que carga el país y tiene razón. Hace apenas una semana hablábamos de las maletas de dinero en el caso de Emilio Lozoya y apenas unas horas después vemos otro video que involucra dinero de origen dudoso, pero ahora protagonizado por el hermano del presidente.

La manera de hacer política no cambia con los colores de un partido. Terminar con la corrupción no se da por decreto presidencial, ni por dichos. El video de Pío López Obrador o el de las maletas de Emilio Lozoya retratan de cuerpo entero al sistema político mexicano. Aquel en donde se pagan favores con dinero público, porque no seamos ingenuos, el dinero que recibe el hermano del presidente viene del gobierno de Chiapas.

Mientras que el mandatario no toque a personajes como al exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco, y premie a excolaboradores suyos con puestos altos en el gobierno, como a David León, personaje que entrega el dinero a Pío en el video, la corrupción está destinada a seguir en nuestro sistema político nacional.

Las campañas financiadas con dinero público, en las que personas subrayan los apoyos para que los candidatos se enteren de que se cumple la cuota no solo estuvieron en la de Enrique Peña Nieto, sino en la de López Obrador y seguramente en la de otros tantos.

Todas las horas invertidas en hablar de la corrupción, en tratar de convencer que ahora sí va en serio el combate y que no se tolerará ningún acto indebido, se desvanecen en 5 minutos, cuando el hermano de quien cuenta la historia recibe gustoso el dinero para ayudar a quien cuenta esa historia.

El nuevo hermano incómodo para el presidente es Pío López Obrador, como lo fue Raúl Salinas en el sexenio de su hermano. Habrá quien diga que antes era mucho y esta vez fue poco, nada más lamentable como decir que “robamos poquito”. Así la historia contra la corrupción no termina, solo se abre un nuevo capítulo, el del hermano incómodo de López Obrador.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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