El Congreso de la Unión, desde 2018, presenta una configuración política no vista desde hace más de 20 años, cuando el PRI, mantenía la Presidencia de la República y la mayoría en ambas cámaras. No me tocó vivir esos tiempos, donde se dice, que la agenda legislativa la hacían desde la Presidencia de la República.
Me tocó vivir la verdadera democratización del Congreso a través de su pluralidad política y por ello, la posibilidad real de que la agenda legislativa fuera construida en los últimos 20 años, por los legisladores.
Hoy la gran mayoría que tiene MORENA, en ambas cámaras, se encuentra sometida a la voluntad presidencial y por ello, el riesgo es que la agenda legislativa la dicten desde la Presidencia de la República.
Mi punto particular de vista es que el Senado de la República debiera enfocar su agenda legislativa, en las iniciativas de ley que nos permitan incentivar el desarrollo empresarial, ya que la crisis económica que amenaza con invadir a todo el mundo, debe de ser la prioridad, también debemos aportar todos los instrumentos legislativos necesarios para el fortalecimiento del sistema de salud, reflexionar sobre el desastre que ha causado el Instituto de Salud para el Bienestar (INSABI), que ha jugado un papel catastrófico en la pandemia que estamos viviendo, y como tercer tema debemos centrarnos en la revisión de la implementación de las leyes de la Guardia Nacional, evidentemente la seguridad pública no ha mejorado y ese también es uno de los temas prioritarios de la gente. Así pues, la agenda legislativa debe de ser la agenda de la gente, no puede ser de otra manera.
Ojalá el grupo parlamentario mayoritario, comprenda que el Congreso de la Unión había evolucionado hacia su independencia legislativa durante muchos años, ojalá el grupo mayoritario tenga la generosidad suficiente para construir una agenda legislativa con el resto de los grupos parlamentarios y de lado de la gente.