Para leer con: “Let Down” de Radiohead
Los diccionarios mienten: no se saben adaptar a la celebración del paso del tiempo en un momento en el que resulta ingenuo hacer una lectura lineal de la realidad.
Por eso, y como cada día es una oportunidad para seguir dando espectáculo, salvemos la popularidad replanteando significados y tendencias.
Rifa – Espectáculo para usar dinero público con fines autocentrados en donde no se entregará el premio prometido, pero sí se exprimirá la setentera manera de hacer propaganda.
Popularidad – Santo grial que da acceso a la autoconfirmación, como para entre cosas, hacer fiestas a modo y gastar en pirotecnia y juegos de luces en una plaza pública sola. En un país urgido de muchas otras cosas.
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Crítica – Divisa de la confirmación del ego. Instrumento que en otros tiempos suponía crecer a partir de la reunión de puntos de vista divergentes. Hoy, señalamiento incendiario como principio de un linchamiento por no pensar como yo.
Gabinete – Puñado de seres que tiene la tentación de delatar el traje del emperador, pero que ha recibido suficientes advertencias por las buenas, que no quiere conocer otra forma.
Cachito – Testimonio portátil de la fragilidad de una dirección conjunta de país.
Videoescándalos – Recados para no pasarse de vivos.
Autoevidente – Condición de claridad aplastante para uno mismo y para nadie más.
Congelamiento de cuentas – Primer palazo en arsenal para hacer que se cumpla mi voluntad.
Avión – Instrumento para meter a la cabina, la credibilidad de los millones que se dejen y echar a volar sus motores lo más alto y a la vez, lo más bajo.
Esperanza: Trágica broma transexenal que, con el tiempo, termina por convertirse en cinismo.
Mañanera – Púlpito para diseñar verdades y aplausos a modo.
Transformación – Recordatorio de que todo pasa y cambia, momento a momento. Incluso, la noción del cambio mismo.
Oposición – Comodidad desde la cual puedes cerrar avenidas, hacer mítines y lanzar arengas, hasta que llegas al poder y te encargas de que no haya alguien que te impida reelegirte, así sea de manera virtual.
Adversario – Miembro de una raza que por pensar, la asumen diferente.
San Lázaro – Club selecto en el que cada uno de sus integrantes se ha de envolver en laureles y baños de pureza moral, siendo que su historial -y su desempeño- no alcanzan ni la etimología propia del nombre «Lázaro» («Dios es mi auxilio»).
Villano – Figura de la cual dependes cuando tu estrategia es una puesta en escena tan endeble que requiere confirmación diaria y aplausos grabados.
Partido – Como su nombre lo indica, ente segmentado de cualquier realidad honorable y lejano al interés de la población. Oneroso negocio del cual sabemos cada que hay elecciones. Supuesto puente entre el pueblo y el gobierno que ejerce dinero del primero para repartirlo en concilio con el segundo.
Compadres – Camarilla de ingenuos cercanos a quien ostenta influencia, sólo para ver si le toca un poco de ésta y sentirse mucho más que el detentor original. Su ingenuidad radica en suponer que es a partir del poder y sus heces, que uno puede lograr felicidad genuina y de largo plazo.
Consulta – Segundo acto para distraer la atención de una emergencia nacional y mundial.
Profunda decepción – Sentimiento que experimenta alguien como yo, que, hace dos años tenía la esperanza de que finalmente me pudiera enorgullecer de un gobierno.