La ciudad ya comienza a colorearse de naranja. No me refiero sólo al semáforo de la pandemia, con alerta, que nos indica que debemos reforzar al máximo la prevención. También lo digo por el Día de Muertos, que viste calles y casas de cempasúchil.
Este año, los festejos de muertos y Halloween serán completamente diferentes porque las fiestas, los eventos a lo grande y las ofrendas monumentales están suspendidas.
Los panteones de la ciudad permanecerán cerrados el 1 y 2 de noviembre, algunos incluso desde el 30 de octubre y hasta el 3 de noviembre. El objetivo es claro: en esta época, más que nunca, protegemos a los que están entre nosotros. Seguramente quienes nos cuidan, del otro lado del Mictlán, lo entienden y nos apoyan.
Un elemento que en años anteriores no podía faltar en la Ciudad de México era la mega ofrenda o la ofrenda monumental que se colocaba en el Zócalo Capitalino y que recibió hasta 100 mil personas. En días de pandemia, eso parece impensable. Es cierto que nos perderemos las propuestas de grandes artistas, pero conservaremos la sana distancia y la salud, que es lo más importante ahora.
Lo bueno es que el ánimo mexicano es fuerte. Nos toca a nosotros ponernos artistas: instalar, con mucha más emoción, nuestros propios altares. ¿Por qué no dedicar, con todo respeto, nuestras memorias a quienes han fallecido por COVID-19?
¿Por qué no incluso incluir las rutinas que cambiamos y los momentos que se desvanecieron pero que siempre seguirán en nuestro recuerdo? ¿Qué tal que armamos un concurso de ofrendas con nuestros familiares por zoom? Para inventar formas de mantenernos unidos, nos sobra creatividad.
Pensando en esa habilidad chilanga de que “no pare la fiesta», el secretario Gobierno de la Ciudad de México, José Alfonso Suárez del Real, propuso armar las ofrendas desde casa y presentarlas de forma digital. Con el hashtag #OfrendaInfinita, la propuesta es crear una red eterna de imágenes con nuestros altares, ilimitada como nuestras ganas de continuar con nuestras tradiciones mexicanas.
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Ahora no podemos darnos la mano, ni abrazarnos, pero sí podemos participar con cientos de personas mientras honramos a los que ya nos dejaron. Es emocionante y nostálgico a la vez.
En el Consejo Ciudadano nos uniremos con las ofrendas desde nuestra sedes en Amberes 54, en la Alcaldía Cuauhtémoc, y en Luis Hidalgo Monroy 100 en Iztapalapa, desde las cuales brindamos atención jurídica y psicológica gratis y 24/7 también en esta temporada.
Mostremos que si se trata de cuidar a los demás y de celebrar, al mismo tiempo, nadie nos detiene.