Fiestas a distancia

Foto: Pixabay

Sin reuniones, por favor. Ya sé que parece predicar en el desierto cuando vemos el tráfico en las calles y la asistencia a lugares cerrados como supermercados y sucursales bancarias, más cuando hay una ola de optimismo porque ya empezaron a vacunarse las primeras personas (pero en Inglaterra).

Todo indica que las cuatro semanas siguientes serán cruciales para que podamos entrar a una etapa de vacunación ordenada y para no perder más vidas de forma inútil. ¿Le ganará la paciencia al egoísmo? Depende de nosotros.

No hacerlo implica costos que aún desconocemos, así que lo mejor sería no arriesgarse, sabemos qué hacer y cómo cuidarnos, pensar en que estamos en otra etapa de esta crisis es el mayor autoengaño.

Juntos podemos establecer desde ahorita las previsiones para vernos vía remota, celebrar en familia (la que vive en el domicilio) y no exponer a nadie a un sistema de salud que se está saturando de pacientes y en el que no creo que deseemos estar en plena Nochebuena o en el último día del año.

Ya podremos reunirnos en otro momento, que no será en los próximos meses y tal vez se prolongue casi el año, pero será la única manera de regresar a una nueva realidad, no habrá la de antes para que tampoco nos tratemos de convencer de eso, en la que debemos entender que vivir en este planeta es asumir que somos huéspedes, no dueños, y menos de la naturaleza.

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Aprovechemos estos días para dedicarnos, y dedicarlos, a nuestras familias, a nuestros cercanos y a reflexionar sobre lo que es importante y tenemos que lograr en lo inmediato. Esa es la mejor inversión que podemos hacer en un momento en que ya debe quedarnos claro que muchas cosas son solo préstamos que nos hace la propia existencia.

Quienes hayan podido estar los últimos 10 meses en casa y sin contagiarse, mi reconocimiento, porque ahora tendrán que estar preparados para, al menos, unos seis meses más.

Aquellos que enfermaron y se recuperaron sin mayores molestias, tomen en cuenta que pueden recaer y ya saben a lo que se enfrentan, han tenido el privilegio de vencer a la enfermedad y seguir con sus seres queridos, esa es una fortuna que muchos no tuvieron.

Para los que han perdido un familiar o una persona cercana y querida, mis sinceras condolencias y mi apoyo auténtico para seguir cuidándome, porque así cuido a otros. No olvidaremos su pérdida, porque ese sería el peor error que podemos cometer, como parece que lo hicimos con el virus de la influenza H1N1 hace justo diez años.

El mensaje es sencillo: sana distancia, confinamiento, higiene permanente, para salir lo mejor librados de esta crisis mundial. No vale la pena exponer a nadie, ni exponerse, sobre todo si estás en una situación en donde tienes que salir a trabajar o no has parado de hacerlo durante este año tan difícil.

La vacuna no hace milagros, éstos puede que solo ocurran cuando trabajamos en una misma dirección y nos convencemos de alcanzar las mismas metas. Hoy la principal es mantenernos sanos, con ingresos y ahorros para los siguientes meses, ayudándonos y tejiendo esas redes de colaboración social que nos urgen más que en ningún otro momento. Y esas pueden construirse a distancia, pero cerca de lo que todos llamamos solidaridad.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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