México y el mundo entero, siguen inmersos en un momento muy especial; sin embargo, durante esta crisis ha quedado muy en claro que la música es la cura para los males del alma, pues funciona como medicina que llega directo al corazón y lo ilumina para hacerle un bien a nuestra sociedad. Para ello, nos hemos valido de la ayuda de cientos de artistas, que bien colocados en su género, han sabido difundir alegría y esperanza alrededor del planeta.
Los Ángeles Azules es un claro ejemplo de ello, pues con el transcurrir del tiempo se ha convertido en una agrupación que maneja de manera muy importante la emoción del público y que además sabe cómo llenarlos de alegría. Pero los tiempos son difíciles para todos, ya que no hay duda de que la música de Los Ángeles Azules genera baile, y el bailar implica estar juntos, por lo que, al no poder invitar a bailar a la gente de forma masiva, han tenido que adecuarse.
“Nosotros nos dedicamos de lleno a la música, entonces estábamos teniendo más de 20 eventos al mes y de un día para otro nos dicen: ‘¿saben qué?, se suspenden todos los eventos’, entonces estás en la casa, y empiezas a extrañar la música y a pensar en dónde estuviéramos tocando, pero con el tiempo esto empieza a afectar por no hacer lo que estamos acostumbrados.
“Todo estaba en nuestros sueños y pensamientos, porque desde chicos hacemos música, pero no fue hasta 1993 cuando por fin llegamos a un estudio de grabación. Y nos dijeron alguna vez que íbamos a ser de los cinco grupos más importantes de todo México, y nunca nos imaginamos que tras el primer disco que grabamos íbamos a viajar a Chicago, Nueva York y hasta Argentina, entonces fue la primera vez que nuestro grupo iba a muchos lugares y así fue como se fue logrando el sueño, pero tuvieron que pasar 40 años tocando en pueblos y ciudades para que Los Ángeles Azules fuera conocido en todos lados”.
Y lo más importante de todo ello no es la fama, el reconocimiento o el dinero, sino el saber que, sin importar los años que pueda tomarte realizar un sueño, debes luchar y trabajar día a día hasta alcanzarlo.
Claramente esa es la gran ventaja de ir caminando sin intentar correr antes de tiempo, pues sabes disfrutar de cada peldaño de la vida, y aprendes de cada tropiezo. Ahora estos gigantes de la música popular llegaron con un álbum que llenó de esperanza y alegría a México y al resto de América Latina: De Buenos Aires, para el mundo, un nuevo material que no sólo reúne personalidades mexicanas, sino que abraza a grandes artistas argentinos para bailar una amigable cumbia.
“El disco “De Buenos Aires para el Mundo”, lo grabamos en un estudio allá en Buenos Aires, y lo grabamos con muchos artistas reconocidos de allá, dos mexicanos que son Jay de la Cueva y Julieta Venegas, y Américo que es Chileno, y para quienes no lo han escuchado, es un disco muy especial, muy bonito, y que enmarca un lindo momento para Los Ángeles Azules”.
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Finalmente, y recordando que seguimos inmersos en una época distinta para el mundo, nos hacen comprender que el planeta está sensible por todo lo que nos rodea, por las cifras, porque hay que permanecer guardados, porque hay que cubrirnos el rostro, pero al final de cuentas todo eso se olvida cuando alguien pone una canción de Los Ángeles Azules, porque como agrupación se han convertido en máquinas de alegría y felicidad.
“Yo creo que ahorita en México y en el mundo estamos viviendo una nueva normalidad de vida en todas partes, y hay que estar en casa para que se pueda acabar más rápido en esto, y ya depende de nosotros”.
Y tal como ellos lo mencionan, el rumbo de México y el mundo está en nuestras manos pero de lo que no nos queda duda, es que la música de Los Ángeles Azules también contagia y sirve como esperanza para el mundo entero.