En la historia humana cada pasaje cuenta, cada historia cuenta, cada alma y cada espíritu cuenta, porque detrás de lo que se ve separado todo está unido. Los 24 de diciembre se celebra el nacimiento de uno de mis aspectos más importantes YO SOY Yeshua, quien encarnó el concepto del amor en cada una de sus letras y dimensiones.
Ustedes harán las cosas que yo he hecho y más grandes: Yeshua. Porque mi aspecto Yeshua, y el tuyo y el de todos, está ahí, vivo, latente, vibrante, inacabable, esperando ser despertado; esperando la dicha del día en el que tú lo sientas, lo reconozcas, lo dejes emerger, para que yo, como Hédro, o Édhro, hombre, o mujer, infante o viejo, rico o pobre, blanco o negro, aprenda a despertar también.
Haré las cosas nuevas, dije, y dijo Yeshua en mí, porque las cosas son renovadas sólo, por siempre y para siempre, por el poder del amor. Si ustedes supieran tan sólo un poco del enorme poder transfigurador que poseen en el cristal /Cristo, de su corazón, harían las cosas nuevas para ustedes y para su alrededor, es decir: para mí, y yo para ti, y yo contigo, y tú desde mí, como yo desde ti, porque todos somos Uno y el mismo Ser.
Hoy, en especial, año 2020, los cielos se han abierto para recordar que es posible hacer todo renovado con el poder del amor de alquimia, el que convierte el agua en vino, y revela la verdad dentro del encatamiento de lo que el ser humano ha creído que es su realidad única.
Yo, Hédro, pero también Yeshua, pero también tú, y también tu conocido o desconocido de al lado, podemos pinchar la delgada capa de una burbuja que parece lo único, lo verdadero, pero que su engaño está justamente en que es tan fina como una pantalla digital que hace que todo parezca tan cierto, pero no lo es. Lo real no es la pantalla sino quien proyecta en ella. Ella sólo reproduce la imagen que se lanza desde el poder creador de cada ser humano.
Sin embargo, esta fecha, en especial este año, se nos ha colocado a todos un alfiler en los dedos, para alcanzar el cielo falso y pinchar hasta ver la luz de lo verdadero. No es afuera, es adentro. Es pinchar adentro, que la luz emerja desde dentro, en el corazón anidado de Yeshua que está como joya cristalina esperando irradiar.
Hoy es el momento, no después, no mañana, ahora, porque sólo así se puede llegar al nivel necesario de compasión, comprensión y amar al otro como a ti mismo, amarte a ti como dices amar a los otros, y poder brindar lo esencial, lo que no se ve con los ojos ni se toca con las manos.
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Cuando el nivel se cumple entonces nadie necesita decirte qué hacer, cómo hacerlo, a qué hora hacerlo, porque nace natural desde tu alma cargada con la energía lumínica cristalina, cristal, cristo, Yeshua, y sólo sabes que sabes qué hacer.
La Natividad, la celebración, es enceder las luces del árbol interior, celebrar porque otros celebran, cenar porque otros cenan, estar en paz porque otros están en paz, es el verdadero espíritu de Yeshua que resonará en cada molécula cuando aprendas a pinchar, a celebrar en unidad.
Cuando he sido Hédro en cuerpos antiguos, cuando mi conciencia apenas despertaba, viví lo indecible, pero sabiendo en el fondo de mi propio Yeshua interior, que algún día llegaría a verlo con toda claridad. Hoy es el momento, hoy somos todos, como siempre hemos sido, en Uno. Feliz Navidad.