Opinión

Seguir a una hormiga

Para leer con: “100000000000 Nano”, de Saitone Nano Remix

Aclaraba Giordano Bruno que a la proporción, semejanza, unión e identidad del infinito no te acercas más siendo hombre, que siendo hormiga. Y creo que no por pequeñas u organizadas, sino por férreas.

Las hormigas son seres que algo ocultan. Algo tan grande como su sentido de propósito. Algo que les impide hablar y que por mucho dista de nuestro entendimiento, que hace que frecuentemente sean subestimadas y hasta pisoteadas o barridas con un insecticida.

Lo tienen todo estudiado, dibujan carriles y pasos peatonales, no rebasan por la derecha ni pretenden pasarse de vivas. Solo viven. Y no es ociosa la disciplina en la que se envuelve un caminar metódico. ¿A dónde van todas ellas? ¿Por qué sus filas indias? ¿Qué encuentran que no hemos visto?

Una población tan celosa de su orden y progreso debería por lo menos investigar lo que aquí está pasando. Sacar la lupa y tratar de entender a una hormiga, por complementaridad cobijaría una vaga posibilidad para entender al hombre desde otra perspectiva. Una menos rutinaria.

Si no hay la menor conciencia de la fauna que convive a tu alrededor, basta que te agaches para saber que no eres el único en este mundo. Entonces abrirás la primera lección del curso de cómo seguir a una hormiga.

Ellas juegan a trabajar, se forman para ello y en esa lid orientan su día como una vida, así como la nuestra parecerá un minuto para un ser aún desconocido por la experiencia.

Por eso es relevante seguirlas, a diferencia de muchos otros animales (incluyéndonos), cuentan con una programación y disciplina mayúscula en un diminuto cuerpo, lo que hace pensar que la conciencia desconoce espacio, o que el espacio es muy diferente a lo que suponemos que es.

Cuando quieras generar caos y bloquear la hilera de hormigas con un corte en su circulación a manos de un periódico o cuaderno, es conveniente ver cómo los vectores y ángulos se reorganizan sin saber quién ni cómo se lidera el redireccionamiento que podrá ser erróneo, pero es seguro. No les importa el cómo porque tienen claro el qué.

Más difícil, más silencioso es su objeto a largo plazo. Nace con un instinto poco cuestionado de lo que hay que hacer, con aspiraciones enclavadas en una obra maestra sólo conocida por ellas (hasta el momento). Comparar su misión tendría que remontarse a la primera hormiga que deambuló en la corteza terrestre, en un paralelismo con la evolución humana, sólo que su caminar ha mostrado ser mucho más discreto, consistente y aparentemente inamovible.

Tal idea tiene que desembocar en la búsqueda de su origen, o al menos, de su guarida, lo que provoca un hormigueo en el proceso de observación: también viven protegidas, apelmasadas, resilientes en sus pérdidas y claras en su trayecto y destino.

El acto de observar de cerca a las emisarias de la excavación, logística y transportación lleva a convertir la mirada en una de ellas y seguir su marcha y ritmo como el detective que encuentra una línea de investigación en medio de un desastre.

Lo que uno hace cuando está encerrado.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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