La salud financiera es ese estado en el que podemos cumplir sin problemas con nuestras obligaciones financieras y al mismo tiempo sentir tranquilidad por nuestro futuro financiero, con libertad suficiente para hacer planes de crecimiento, ahorro e inversión.
La Educación Financiera es fundamental para alcanzarla. Pero también lo es entender que no es un asunto limitado al ámbito personal. Cuando decidimos emprender una relación, o compartir nuestras vidas con otras personas, también lo hacemos con nuestras finanzas.
Ignorar esto puede llevarnos a cometer errores comunes cuando se trata de finanzas en pareja.
El primer error es no hablar de dinero. Emprender un proyecto en conjunto, como lo es una relación, debe hacerse de la manera más transparente posible. Esto implica, muchas veces, tocar temas como gastos, deudas, ingresos disponibles y otros factores que intervienen en nuestras finanzas.
Al igual que en las finanzas personales, las finanzas en pareja requieren también de conocer los ingresos totales del hogar, para posteriormente poder realizar un presupuesto, en el que se consideran tanto ingresos como gastos, ahorro y previsiones para emergencias. No hacerlo es otro error grave.
Un error más es no, priorizar y conocer las prioridades financieras de cada uno, para alcanzar acuerdos y establecer metas en común.
La transparencia y claridad también son esenciales. Ocultar gastos, créditos, seguros, ser aval de alguien más, y otras particularidades de nuestras finanzas personales es también una forma de engaño, cuando se intenta llevar finanzas en pareja saludables.
Esto implica conocer y entender bien los hábitos de consumo de cada uno.
Al igual que en las finanzas personales, cuando se llevan en pareja también vale la pena tener en mente que es necesario contar con un fondo de ahorro para imprevistos, que ahora contemple cualquier previsión de ambas partes.
El manejo inteligente de nuestros recursos disponibles es también muy importante. Los errores que podemos cometer en lo individual también se pueden repetir en pareja. Uno de ellos es adquirir pasivos, en lugar de activos. Al igual que en las finanzas personales, conviene poner a nuestro dinero a trabajar para nosotros: invertir para generar más, en lugar de gastar.
Los últimos dos errores comunes que queremos comentar van muy relacionados. No tener metas claras en conjunto y trabajar en equipo para lograrlas, así como no aprender juntos a administrar el dinero de la pareja, puede resultar en dificultades financieras, en pareja, que bien se pudieron haber evitado.
En la ABM estamos convencidos de que la salud financiera es una meta que todos podemos alcanzar. Por eso, ponemos a su disposición una amplia gama de oferta educativa al respecto, que se puede consultar a través de la página https://www.abm.org.mx/educacion-financiera/