En agosto de 2019 dio inicio la discusión sobre el tema de la regulación del cannabis mediante un ejercicio de Parlamento Abierto en el Senado de la República.
Allí grupos sociales, especialistas y legisladores de todos los partidos se dieron a la tarea de fijar posturas y abordar el asunto. Después de numerosos meses de análisis en la materia, el miércoles pasado, la Cámara de Diputados aprobó la minuta con 316 votos a favor, 129 en contra y 23 abstenciones.
La realidad es que si algo ha sido severamente golpeado por las decisiones de este gobierno es el sistema de salud que desapareció el Seguro Popular para dar paso al Insabi, instituto del que después de un año de su creación, continuamos sin tener claridad sobre su funcionamiento, el mismo gobierno que generó desabasto de medicamentos en prácticamente todo el país.
Ahora, de aprobarse el uso lúdico del cannabis, seguramente nos enfrentaríamos a un incremento en su consumo y en consecuencia en el número de personas adictas. El sistema de salud se verá nuevamente rebasado ante la falta de planeación y preparación para asumir las consecuencias que traerá su implementación.
Es una pena que lo único que realiza este gobierno es cumplir caprichos presidenciales sin realizar estudios a fondo de las posibles implicaciones que tienen este tipo de acciones, algo muy lamentable para nuestro país que hoy atraviesa una crisis de grandes proporciones en las principales materias: salud, economía, seguridad y educación.
Ésta no es la ruta para lograr el bienestar de los mexicanos, ojalá llegue pronto el entendimiento y definan modificar el rumbo.
En el Senado esperaremos la nueva minuta a la que fue adicionado el uso lúdico del cannabis, un tema que nos obliga a continuar con la discusión, para la que confiamos estar a la altura y resolverlo, ya sea a favor o en contra, pero resolverlo, pues hemos sido testigos de cómo temas pueden llevar 15 o 20 años y que cada legislatura se discuten, pero no se concretan.