A más de dos años de la llegada de la Cuarta Transformación a Palacio Nacional es totalmente claro que las organizaciones autónomas son incomodas para la actual administración.
Cada que se tiene oportunidad, desde el pulpito de las mañaneras se busca desacreditar a las instituciones que tanto trabajo ha costado a nuestro país construir. Son inaceptables los caprichos que insinúan reformas para desaparecer estos pesos y contrapesos tanto a nivel federal como a nivel local, concentrando el poder en el Ejecutivo.
La 4T no encuentra utilidad a los más de 100 organismos autónomos que regulan distintos sectores de la administración pública, los cuales han recibido considerables recortes que afectan fuertemente sus funciones. Recordemos la reforma al Banco de México (Banxico) que, de aprobarse, dañaría la autonomía del banco central, una política pendiente que señalamos en este espacio el 18 de diciembre del año pasado.
También retomemos los múltiples ataques a los recursos de las instituciones. Tan sólo el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) enfrentó fuertes recortes a su presupuesto, quitándole 500 millones de pesos el año pasado. Con lo cual se impidió la realización de 14 encuestas por parte del organismo autónomo.
Una treta que se repitió al Instituto Nacional de Transparencia y Acceso a la Información (INAI) desde la aprobación del Presupuesto de Egresos de la Federación 2019 (PEF 2019). Se planea borrarlo del mapa nacional, pero de lograrlo dejaría un grave sesgo en el derecho a la información de todas y todos los mexicanos, pues esta institución ha resuelto arriba de 133 mil 721 recursos para trasparentar información y proteger datos personales entre 2003 y 2021.
Pero sin duda, el objetivo principal de la 4T es la captura del Instituto Nacional Electoral (INE). Las amenazas hacia el árbitro electoral se han intensificado desde la revocación de la candidatura de Salgado Macedonio (un impresentable de Morena) y la presentación del acuerdo contra la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados, pero desde la entrada de la actual administración se ha mantenido a la institución bajo fuego.
Es decir, tan sólo este año se le retiró 870 millones de pesos al INE, dejándolo con un presupuesto limitado en medio de la elección más grandes de la historia donde se pondrá en juego más de 22 mil cargos de elección popular. Mientras tanto en 2020 que disminuyó su presupuesto en mil 072 millones de pesos y en 2019, 950 millones.
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Ante estos atropellos que tienen el objetivo de desgarrar al árbitro electoral, Acción Nacional con legisladores como Toño Martín del Campo ha levantado la voz a favor de la democracia de acuerdo a la ley, señalando que la responsabilidad del INE es salvaguardar lo establecido en la ley.
De parte de la 4T se nota el desprecio a un organismo que le dio la victoria en 2018 y que ha organizado las elecciones en este país por más de 30 años. Es prioridad proteger al INE y a la autonomía de las instituciones y poderes porque en sí mismo el presidencialismo necesita de voces opositoras y distintas a las que emanan del Ejecutivo.
Por eso es importante la suspensión definitiva que pronunció el Poder Judicial a la Reforma Energética de la 4T, dado que acata lo establecido en la constitución fuera de los deseos de la actual administración. Nadie tiene facultad para entrometerse en la sentencia pronunciada por la Suprema Corte de Justicia, porque (además) la nueva ley impulsada por Morena en materia energética genera una distorsión al mercado. Ya van más de 93 suspensiones definitivas.
Y en esta materia también se han recibido constantes agresiones que desprestigian el trabajo del tribunal colegiado que es independiente. El ariete contra la autonomía debe parar para alcanzar una democracia fuerte. Se debe reestablecerse instituciones como la Comisión Reguladora de Energía (CRE).
En una democracia, las opiniones distintas son vitales. A la 4T no le gusta que la contradigan por ello, incuso ahora que se discute la nueva Ley de Hidrocarburos en la Cámara de Diputados se impide que se realice parlamento abierto. ¿Por qué no les gusta caminar hacia energías verdes? Generar energía por combustóleo es dañino para la salud de las y los mexicanos.
Como menciona Ricardo Anaya en su video de esta semana “…en este proceso de hacia las energías renovables…” se tiene que “…diversificar la economía, impulsar las energías renovables e invertir en educación y capacitación”. Una tarea que tiene el objeto de beneficiar a la Red Eléctrica Nacional, pero también de impulsar el trabajo bien pagado en las comunidades donde se genera la energía.
El golpeteo a la autonomía de las instituciones no daña solamente a los organismos, sino que nos agrede a todos porque daña a la economía, nos deja sin opciones para pedir información y desmantela la posibilidad de bienestar para todas y todos.