Opinión

Esto se llama Cuarta Transformación y no tiene nada de fascismo

FOTO: ANDREA MURCIA /CUARTOSCURO.COM (Andrea Murcia/Andrea Murcia)

La semana pasada, apreciado Mauricio Merino, escribiste un artículo titulado “¿Cómo se llama esto?”, y después de diversas aseveraciones concluyes que este gobierno es proclive al fascismo y terminas preguntando: “¿De eso se trata?”

Pues no; no se trata de eso.

Se trata de transformar al país y eso es lo que está haciendo este gobierno desde el 1 de diciembre del 2018.

Tu propio texto contradice tu dicho de la que la 4T es proclive al fascismo, si así fuera, tu artículo jamás se hubiera publicado, o bajo un régimen fascista habrían existido consecuencias de persecución para ti y los tuyos, pero eso no ha ocurrido ni ocurrirá porque vivimos justamente en un régimen democrático, lejos, muy lejos del fascismo.

Curioso estado fascista el que describes, porque el mismo día que se publica tu texto, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) descalifica a dos candidatos a gobernadores y no se les deja competir. No se permite que sea el pueblo quien decida si desea votar por ellos o no, y esos candidatos no eran de la oposición sino del partido que gobierna este país; esos candidatos eran de Morena.

Quisiera debatir tus argumentos uno a uno, no podré hacerlo por cuestiones de espacio en esta columna, pero retomaré algunos ejemplos:

Hablas del “(…) desdén por la Constitución y sus instituciones”. En una trasformación lo que se busca es cambiar de fondo, no maquillar, hay que transformar las instituciones y a varias de ellas desaparecerlas porque no generaron un país próspero, equitativo, ni democrático, ni con un estado de derecho, y mucho menos, ayudaron a combatir la corrupción. O ¿tú crees que esas instituciones intervinieron en la construcción un México mejor?

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También haces referencia a (…) “la escalada de violencia verbal y política contra cualquier tipo de disidencia”. Que no haya confusión: en el México de hoy hay debate público, y es mejor que lo haya de frente y sin miramientos que aquel: “ni los veo ni los oigo” de antaño, o la desaparición y muerte de miles de opositores como ocurrió en sexenios pasados.

Yo prefiero el debate frontal a la desaparición permanente de opositores.

Otro argumento para inferir que este gobierno es proclive al fascismo es lo que llamas: “(…) el manejo discrecional del dinero público”. Si al actual gobierno que es el más austero, que está combatiendo la corrupción, que está eliminando los moches y sobrecostos se le acusa de esto: ¿cómo habrías calificado a los anteriores gobiernos hipercorruptos?: ¡de megafascistas!

Te refieres a una “(…) cuidadosa construcción de un aparato de control territorial”. Esto que tú ves como un indicio de fascismo, en la 4T le llamamos atender al pueblo, estar cerca de las necesidades de la gente; tal vez extraña que este gobierno despliegue una estructura en todo el país, hasta en los rincones más alejados.

Otro argumento tuyo es “(…) la invocación al pasado glorioso de México”. Pues sí, a diferencia del periodo neoliberal, en la 4T estamos orgullosos de nuestro pasado, de los héroes que lucharon a veces con éxito y otras sin él por dejarle a las nuevas generaciones un México mejor.

Estamos construyendo otra vez el sentido de orgullo por nuestra patria, ese que quisieron borrar bajando a Juárez de las paredes de Palacio Nacional, de Los Pinos, ese que quisieron desterrar al dejar de celebrar las fechas simbólicas de la historia de nuestro país.

El último argumento que quiero debatir contigo es cuando te refieres a “(…) la repetición cotidiana de una verdad construida tenazmente desde el poder”; una transformación también es la lucha por deconstruir paradigmas que se tatuaron en la sociedad.

En el período neoliberal se dijo hasta la saciedad que lo público no es bueno y que las privatizaciones son correctas, que ni el derroche ni la corrupción deben castigarse, y esto, por supuesto que debe deconstruirse todos los días.

De eso y mucho más se trata la Cuarta Transformación y, por cierto, yo a ti que te conozco, sé que coincides más con los principios fundamentales de transformación del país que con los pillos que mal gobernaron México en los últimos 36 años y que quieren regresar para seguir saqueando al país.

Ya sé que no coincides con la visión de que hay dos proyectos de nación, pero sí que los hay y estamos ante esa disyuntiva histórica: o mejora, se consolida y profundiza la Cuarta Transformación o regresaremos al régimen que llevó al país a ser uno de los más desiguales, más corruptos y violentos del mundo.

De eso se trata, estimado Mauricio.

También se trata de debatir ideas, y eso, en un régimen profrascista, jamás ocurriría.

* Las declaraciones y opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de quien las escribe y firma, y no representan el punto de vista de Publimetro.

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